Santiago de Chile, 6 feb (EFE).- La renuncia este domingo del ministro de Exteriores chileno, Andrés Allamand, en medio de duras críticas por ausentarse del país en plena crisis migratoria mientras preparaba su ascenso a la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en España, no dejó a nadie indiferente en la escena nacional.

"Allamand debió haber renunciado antes para separar su elección personal al cargo de secretario general de la SEGIB de las prioridades de la política exterior (...), inexplicable", publicó en sus redes sociales el exministro de Exteriores durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz.

"Andrés Allamand le ha fallado al país, le falló a la República de Chile, por lo tanto, no solamente la renuncia es lo que tenía que haber ocurrido. Hoy día hay una responsabilidad que está pendiente y, en todo caso, en buena hora que le hayan pedido la renuncia", señaló el diputado democristiano Iván Flores.

Pese a las explicaciones del gobierno respecto a que Allamand estaba haciendo uso de sus vacaciones, las críticas, acumuladas desde el jueves tras conocerse una fotografía tomada en Madrid junto al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España, José Manuel Albares, no cesaron.

Desde entonces los dardos opositores apuntaban hacia el abogado de 65 años, un curtido político conservador que a juicio de algunos parlamentarios incurrió en "notable abandono de deberes", por lo que no descartan una acusación constitucional.

En noviembre pasado, tras un silencioso lobby de meses en que contactó a prácticamente los 22 países miembros de la SEGIB para conseguir los votos, Allamand fue nombrado secretario general de la organización.

De esta manera, el militante de Renovación Nacional (RN) se transformó en uno de los primeros políticos de derecha chilenos electos en los últimos años para asumir cargos multilaterales, sumando este etapa a su extenso currículo en el Congreso y como titular de diversas carteras ministeriales durante los dos gobiernos de Sebastián Piñera.

La cuestionada reunión en Madrid de la semana pasada fue justamente para preparar su llegada en abril próximo, hecho que se da mientras en Chile se desarrolla una aguda crisis migratoria en la frontera con Bolivia, país con el que hay incipientes conversaciones para enfrentar el problema de manera conjunta, de las que Allamand no habría participado.

Con todo, tras años de trabajo diplomático, la secretaría general de la SEGIB será el primer cargo de Allamand en un organismo internacional, aunque en el pasado ya ha tenido experiencia articulando principalmente a su sector político.

Abogado de la Universidad de Chile, el nuevo cargo que asumirá Allamand lo ubica en un rol de articulador entre los Estados iberoamericanos para diseñar, pese a las diferencias ideológicas y culturales, políticas que sean viables en el mediano y largo plazo.

LA RUTA DE ALLAMAND

Activo en la vida política nacional desde finales de la década de los sesenta, Allamand jugó un papel importante como dirigente secundario en los agitados días de Salvador Allende (1970-1973), impulsando una férrea oposición junto a organizaciones derechistas para luego forjar expresiones como Movimiento de Unión Nacional (1983) y Renovación Nacional (RN) en 1987.

Su casa, RN, concentró gran parte de los sectores que apoyaban la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y que participaron de la campaña a favor de la continuidad del régimen a fines de los años 80.

Durante la década de los noventa, tras pasar unos años realizando actividades académicas en Estados Unidos y en Europa, Allamand resultó electo en 1994 como diputado por las acomodadas zonas del oriente de la capital chilena, espacio que ocuparía hasta 1998.

Entonces, según medios nacionales, Allamand vivió su propia "travesía por el desierto", después de denunciar que los "poderes fácticos" del país habían acabado con sus aspiraciones presidenciales a principios de la década. Tras sus declaraciones, Allamand pasó de un perfil más liberal a ocupar el ala conservadora de RN.

En 2005 resultó electo senador por la sureña región de Los Ríos, cargo en el que se desempeñó hasta 2011 cuando asumió, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, la cartera de Defensa.

Al año siguiente, Allamand regresó a la arena partidista, esta vez con la Presidencia en el horizonte; sin embargo, resultó derrotado en las primarias que la derecha celebró en 2013 ante Pablo Longueira, volviendo al Senado en 2014.

El 28 de julio de 2020, en el quinto cambio de gabinete ejecutado por Piñera, Allamand pasó a ocupar el puesto que abandonó este domingo, anticipando además que se trata del momento que "marca el cierre definitivo" de su "larga vida en la política nacional". EFE

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