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La irregularidad del líder; la imprevisibilidad del vigente campeón

Roberto Morales

La irregularidad del líder; la imprevisibilidad del vigente campeón

Roberto Morales

Madrid, 12 feb (EFE).- El Real Madrid se dejó dos puntos en el estadio de la Cerámica, donde empató ante el Villarreal por quinta visita consecutiva, añorando la pegada de Karim Benzema y viendo como su distancia con el Sevilla vuelve a quedar reducida a cuatro puntos, en un sábado que dejó un nuevo capítulo de locura futbolística en el Metropolitano con un Atlético de Madrid imprevisible que dejó escapar dos tantos de ventaja antes de remontar al Getafe en inferioridad numérica.

El Sevilla de Julen Lopetegui, firme y sin rival el viernes ante el Elche (2-0), recorta a cuatro puntos la distancia del líder, irregular el Real Madrid en un 2022 en el que apenas ganó dos de cinco jornadas, con 8 de 15 puntos posibles, acusando en exceso la ausencia de su referente goleador.

Hasta 48 remates en sus tres últimas citas para un solo gol. Pobres números antes de encarar una cita que marca la temporada, el duelo europeo frente al PSG. En Villarreal sin pegada, por más que lo intentase el brasileño Vinícius en su regreso, desafiando a quien se le pusieses en frente, y con el 'renacido' Gareth Bale en punta de lanza.

Carlo Ancelotti sorprendió a todos el día en el que se convertía en técnico centenario de la Liga, con la titularidad del galés 168 días después. Inédito desde finales de agosto, cuando parecía abocado a un fin de ciclo en la sombra, sin muestras de compromiso. Lo cambió sobre el césped de un estadio donde firmó su primer gol de madridista. Con actitud y teniendo las dos acciones claras que pudieron decidir el duelo.

El argentino Gerónimo Rulli salvador de un Villarreal que dominó el primer acto, se estrelló en la madera con un disparo de Danjuma y en el segundo precisamente fue salvado por los travesaños. El disparo de Bale y el balón picado en el último suspiro de Luka Jovic. Un empate sin goles divertido que dejó para horas de polémica acciones como dos golpes a Vinícius en el rostro de Raúl Albiol y Dani Parejo o un pisotón de Marco Asensio sobre Iborra al medir mal la ejecución de una ruleta.

Alejado de ese pulso por el título que revive, anda el vigente campeón, en una particular lucha contra la agonía para salir vencedor con orgullo de partidos en el Metropolitano que son montañas rusas de sensaciones. Tan endeble en defensa como para dejar escapar en doce minutos hasta dos goles de ventaja. Nadie antes que el Getafe lo había conseguido en la nueva casa del Atlético de Madrid. El olfato goleador de Borja Mayoral y dos tantos de penalti de Enes Ünal, tras manos, anularon los goles de Correa y Cunha.

Una primera parte de locura, con seis tantos cuando el argentino Correa firmaba su doblete. De trasfondo la mayor debilidad de un equipo de Diego Simeone, ya a estas alturas con más tantos encajados, 33, que en ninguna de sus temporadas al mando. Y una segunda mitad de creencia hasta el final por más que las cosas se le pusieran en contra al Atlético. Con el enésimo error del curso de Felipe, expulsado por roja directa a los 58 minutos, el perdón del Getafe y el castigo final, a dos minutos del cierre, con el cabezazo de Joao Félix y la acrobacia de Mario Hermoso para desatar la locura en casa de un equipo que busca el rumbo.

El cansancio de un momento histórico, la tensión de la semifinal de Copa del Rey, la acusó un Rayo Vallecano que ya cae a mitad de la clasificación por su mala dinámica. Se sintió invencible por momentos pero su realidad son cuatro derrotas en las cinco últimas jornadas. La última ante Osasuna, superior en todo momento que castigó con tantos de Jon Moncayola y Rubén García la falta de ideas del equipo de Andoni Iraola. El broche lo ponía en el tiempo añadido Kike García (0-3) para dejar a su equipo a tres puntos de posiciones europeas y ser, con seis triunfos lejos de El Sadar, el segundo equipo tras el líder que más venció de visitante.

Mientras, el Cádiz extendió una jornada más su racha sin ganar un partido en su estadio y hasta dio gracias por salvar un punto ante el Celta de Vigo. Evitó la derrota en un partido de pocas ocasiones, el portero argentino Jeremías Ledesma al detener un penalti a Santi Mina a ocho minutos del final. Desde el pasado 8 de mayo el equipo gaditano no vence ante su afición. Para salir del descenso deberá encontrar una rápida solución. EFE

rmm/jl

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