Girona, 25 feb (EFE).- El entrenador de Girona, Míchel Sánchez, reconoció este viernes, en rueda de prensa, que tras la derrota contra el Eibar el ascenso directo queda "bastante lejos, por no decir imposible", y que el objetivo del club es mantener como mínimo la sexta posición.

"Hay que hacer un último tercio de temporada fantástico para mantenerla o mejorarla. Y hay que ir partido a partido. Se ha mirado mucho al futuro y hay que poner los pies y la mente en el día a día. Hay muchos equipos que quieren estar en esta posición y hay que pelear con uñas y dientes por ella", aseguró Míchel en la previa del duelo del domingo en Leganés.

En este sentido, admitió que el equipo sintió "frustración" tras perder contra el Eibar "porque las expectativas eran muy altas y la ilusión era máxima".

Sin embargo, negó que el vestuario "esté en depresión" y resaltó que "está fuerte" ya que el Girona "soñaba con una cosa que todavía no se ha escapado del todo".

Sobre la situación de la escuadra, el entrenador destacó que "antes tenía desventaja" respecto a los equipos de la parte alta y que "ahora tiene ventaja: un punto sobre el séptimo".

En cuanto al Leganés, Míchel avisó que el cuadro madrileño "es un equipo llamado a estar arriba por presupuesto y por futbolistas", por lo que visualiza "un partido muy difícil", pero reivindicó que el Girona, en su mejor versión, "es capaz de ganar en cualquier sitio". EFE

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