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La mordedura del Barcelona

Nápoles (Italia), 24 feb (EFE).- Algo ha cambiado en el Barcelona. Los fichajes no solo han dado aire fresco al conjunto azul, sino que le han dado la oportunidad a Xavi de imponer una idea que, de momento, le ha valido para pasar a los octavos de final de Liga Europa con facilidad (2-4) ante un Nápoles que lucha por ganar la Serie A. Este Barcelona ya no especula, muerde.

La mordedura del Barcelona

Nápoles (Italia), 24 feb (EFE).- Algo ha cambiado en el Barcelona. Los fichajes no solo han dado aire fresco al conjunto azul, sino que le han dado la oportunidad a Xavi de imponer una idea que, de momento, le ha valido para pasar a los octavos de final de Liga Europa con facilidad (2-4) ante un Nápoles que lucha por ganar la Serie A. Este Barcelona ya no especula, muerde.

Desde que el colegiado dio comienzo a la contienda en el Estadio Diego Armando Maradona, el Barcelona fue a por el partido. En especial en la primera parte, en la que asfixió a los 'partenopei' con una presión alta a su salida de balón y con la imposición de un bloque alto que bien le funcionó para robar cerca de la portería y generar peligro.

Las ocasiones se fueron sucediendo. Las tuvo el Barca de todos los colores, pero los fantasmas de la ida con el desperdicio de ocasiones aparecieron. Eso sí, los tempraneros goles de Jordi Alba y el neerlandés Frenkie De Jong no hicieron frenar al Barcelona. La idea está clara y los jugadores ejecutan.

Y es que este Barca no solo muerde sin balón. Cuando tiene que golpear, golpea. Actor principal para llevar a cabo el plan esta noche Frenkie De Jong, que con grandes apoyos y conducciones desarboló la zona media de los 'Azzurri'. Primer toque para deshacer la presión o una asistencia sin tocar el balón, además del golazo, hicieron de la actuación del neerlandés una de las más destacadas.

Era un plan arriesgado. Si el Nápoles conseguía romper una línea de presión, el nigeriano Víctor Osimhen, referencia ofensiva de los locales, tenía 50 metros para correr a la espalda de la defensa. Y de hecho, así pasó. El Nápoles minimizaba unos primeros veinte minutos planos con un gol del penalti provocado por Osimhen tras una galopada, de esas a las que acostumbra en Serie A.

Pero nada cambió para este Barcelona. Cada salida de balón era una pesadilla para los locales, que no encontraron solución a una organizada presión de los visitantes.

Conscientes de que las segundas partes son su cuenta pendiente, el conjunto que dirige Xavi no quiso sorpresas en la segunda mitad. Con un ritmo algo más bajo, la presión fue el arma más dañina del Barcelona, aunque según pasaron los minutos fue cayendo el nivel de intensidad del partido, y con ello aparecieron contadas ocasiones de los napolitanos, que recortaron distancias en los minutos finales gracias al tanto del italiano Matteo Politano.

Pero los jugadores del Barcelona están enchufados. Y con balón no miran el marcador. Si tienen la oportunidad atacan el espacio, tiran desmarques e interpretan mejor el juego que hace dos meses.

Xavi tiene dos ideas y las compatibiliza bien. Por momentos, el Barcelona recordó al Barcelona de hace un años con el balón controlado y posesiones largas que este jueves surtieron efecto para hacer bascular al rival y encontrar el espacio. Pero también pone en práctica la otra versión, la del fútbol moderno: correr sin el esférico.

Con este nivel, con la presión y ambición de los jugadores, este Barcelona y su mordedura se postulan como los principales favoritos para levantar el trofeo de campeones en esta edición de la Liga Europa.

EFE

tfc/ism

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