Brian Bujalance

Lisboa, 22 dic (EFE).- La Navidad llega a Portugal con un sabor agridulce. La variante ómicron, el avance de la quinta ola y el endurecimiento de las restricciones harán que finalmente los portugueses no recuperen la "dulce Navidad" previa a la pandemia, y más de la mitad no piensa pasarla con su familia.

Hasta principios de octubre había una mayor esperanza en la Navidad de 2021 ante el buen ritmo de vacunación. Sin embargo, el rápido auge de los contagios en el último mes y medio eliminó las expectativas tanto del sector hostelero como de parte de las familias.

"Desde agosto y septiembre veíamos que la situación y el turismo mejoraban y esperábamos lo mismo a finales de año, algo que al final no ha sucedido", cuenta a Efe José Diogo Vinagre, gerente de una marisquería en la céntrica Praça do Comércio de Lisboa.

El empresario portugués dice que estas fiestas serán mejor respecto a 2020 porque entonces estaban cerrados y este año abiertos, pero insuficientes para salir "de esta pesadilla".

LA MITAD NO PASARÁ LA NAVIDAD EN FAMILIA

Más de la mitad de los portugueses no pasará la Navidad con su familia y el 81 % no se siente seguro celebrando las fiestas, con ómicron como causa principal, revela un estudio elaborado por la plataforma de contratación de servicios Fixando.

Es el caso de la familia de Anabel, de 53 años. Antes se reunían ocho personas en los días marcados, pero como la situación no ha vuelto a la "normalidad", solo serán cuatro.

"La Navidad en mi casa va a ser estricta, con poquísima gente, prácticamente igual que el año pasado. El covid no permite más. Mientras que la pandemia no pase las cosas no se van a alterar", comenta a Efe mientras hace compras con su familia en el centro de Lisboa.

Lo mismo sucede en la familia de Cristina. Estas fiestas se reunirán menos de diez personas, cuando en años anteriores se congregaban casi una veintena: "Va a ser con menos personas, como el año pasado".

La percepción de la pandemia es, sin embargo, muy distinta en la familia de Sancha, estudiante de 23 años recién llegada de Países Bajos, donde cursa un máster.

"Este año vamos a hacer todo igual que en años anteriores al covid. Por la parte de mi madre tengo una familia muy grande -unas 30 personas- y todos nos haremos test, pero no vamos a restringir nada", apunta.

Asegura, eso sí, que tendrán mayor precaución: "todos sabemos que vamos a estar juntos, por tanto tenemos más cuidado antes de Navidad, no vamos a fiestas o no salimos tanto".

ESTADO DE CALAMIDAD, ADIÓS EVENTOS

El 1 de diciembre, Portugal entró en estado de calamidad y exige, entre otras medidas, certificado digital para acceder a los restaurantes, una decisión que marcó una "quiebra tremenda" de ventas.

"El Gobierno lanzó nuevas medidas a finales de noviembre y esa semana fue una quiebra tremenda de ventas por dos razones: la situación del covid en los demás países y la confianza directa de los clientes, afectada por las medidas anunciadas", lamenta Diogo.

Desde esa fecha, varias ciudades lusas como Oporto, Lisboa, Coimbra, Braga o Nazaret cancelaron las grandes actividades programadas al aire libre para Nochevieja.

El propio primer ministro de Portugal, António Costa, avisó este martes al presentar nuevas restricciones que "esta todavía no es una Navidad normal".

Para prevenir, el test negativo será necesario para entrar en restaurantes los días señalados y se adelanta el cierre del ocio nocturno y el teletrabajo obligatorios a partir del día 25. EFE.

bbo/pfm/jgb

(foto) (vídeo)