curiosidades

¿Qué secretos se ocultan en esta cueva de Cantabria? La revelación que sorprendió a todos

Cueva de Las Brujas, Suances. / A.E.
Suances, un rincón privilegiado de Cantabria, ha transitado desde su ocupación prehistórica hasta convertirse en un vibrante destino turístico

Suances, situada en la costa de Cantabria, es un municipio con una rica historia que se remonta a tiempos prehistóricos. Su ubicación estratégica, junto a un estuario rico en recursos naturales, ha sido un atractivo para los habitantes desde tiempos inmemoriales. Esta situación privilegiada le ha conferido una importancia histórica que ha perdurado a lo largo de los siglos.

Prehistoria

El área de Suances muestra evidencias de ocupación humana desde el Paleolítico Inferior, hace más de 100.000 años. En este periodo, la cueva de Las Brujas en Gerra, localizada en un entorno natural impresionante, es notable por sus manifestaciones de arte rupestre. Los signos rupestres encontrados en esta cueva, realizados con la técnica del Macarroni (deslizando las yemas de los dedos sobre la arcilla fresca de las paredes), son similares a los de la famosa cueva de Altamira. Además, el hallazgo de un taller de sílex en la playa de Los Locos proporciona pruebas de la actividad humana en la región durante el Paleolítico. 

La Cueva de las Brujas, ubicada en Suances, Cantabria, es uno de los enclaves arqueológicos y mitológicos más fascinantes de la región. Aunque ha sido en gran parte desconocida y menospreciada, su relevancia histórica y cultural la convierten en un lugar digno de atención y estudio.

Descubrimiento y excavaciones

El conocimiento de la Cueva de las Brujas data del final del siglo XIX, cuando el pionero E. Pérez del Molino la visitó por primera vez. Posteriormente, en julio de 1909, Jesús Carballo y H. Breuil realizaron un reconocimiento y documentaron lo que inicialmente se pensó que eran pinturas rupestres. Sin embargo, estas evidencias resultaron ser falsas y fueron eliminadas en 1961 por A. García Lorenzo, quien también llevó a cabo un croquis topográfico y varios sondeos, que no produjeron resultados significativos.

Fue en la década de 1980 cuando el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (CAEAP) redescubrió la cueva. Durante estas investigaciones, se encontraron grabados rupestres que, junto con el trabajo del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Cantabria, aportaron valor arqueológico a la cavidad. En 1997, la Cueva de las Brujas fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

A pesar de su importancia, la cueva ha sufrido un considerable deterioro debido a la actividad humana. Las visitas frecuentes por parte de locales y turistas han resultado en la alteración de su estratigrafía, con nombres grabados, remoción de tierra y otros daños. Estos factores han enmascarado su potencial arqueológico, destacando la necesidad de protección y conservación.

Descripción del yacimiento

La cueva está situada entre el barrio de La Jerra en Suances y la localidad de Cortiguera, en un área rural dedicada principalmente a la ganadería. La entrada a la cueva es bastante amplia, con una boca de 5,5 metros de ancho por 1,7 metros de alto, orientada al Norte/Noreste. Esta entrada conduce a una gran sala vestibular, desde la cual se ramifican dos galerías estrechas en direcciones opuestas (Este/Oeste), extendiéndose en total unos 74 metros.

En el vestíbulo de la cueva se han encontrado varias series de surcos verticales grabados. También se han identificado dos conjuntos de grabados de estilo "macarroni", similares a los encontrados en yacimientos paleolíticos como Cudón y Altamira. La cronología de estos grabados, basándose en paralelos, puede situarse en la fase antigua del Paleolítico Superior, entre el Auriñaciense y el Solutrense.

A pesar del deterioro del suelo debido a la actividad humana, se han descubierto algunos elementos de industria lítica, como un canto de cuarcita y una lasca de sílex, que evidencian actividad prehistórica. También se encontraron tres fragmentos de sigillata hispánica (cerámica romana), junto con fragmentos de ladrillos, tégulas y otros tipos de cerámica en las inmediaciones, sugiriendo la presencia romana en la región.

Leyenda y misticismo

La Cueva de las Brujas no solo es importante por sus aspectos arqueológicos, sino también por su relevancia en la mitología local. La cueva está envuelta en leyendas que han perdurado a lo largo de los años. Según la tradición popular, la cueva era un lugar de encuentro para brujas y hechiceros en tiempos antiguos, lo que le ha conferido un aura de misterio y fascinación.

Una de las coplas tradicionales que se asocian con la cueva dice:

"En la cueva de las brujas, se escuchan ecos y risas, donde bailan en la penumbra, hechizos y melodías."

Estas leyendas y el patrimonio inmaterial asociado a la cueva son parte integral de su valor cultural. La combinación de su importancia arqueológica con su dimensión mitológica convierte a la Cueva de las Brujas en un lugar de interés tanto para los estudiosos como para los entusiastas de la historia y la leyenda.

La Cueva de las Brujas es un sitio que ofrece una rica perspectiva sobre la historia de Cantabria, desde la prehistoria hasta la época romana, y está imbuida de un profundo misticismo local. A pesar de los daños sufridos a lo largo de los años, su valor arqueológico y cultural es indiscutible. Es crucial continuar con la investigación y la protección de este yacimiento para preservar su legado y entender mejor el pasado de la región.