La preciosa playa de Cantabria donde aterrizó un transatlántico es un rincón único que forma parte de la historia de la aviación moderna. En un entorno natural impresionante, la playa de Oyambre se ha convertido en un lugar de interés histórico y turístico gracias a un acontecimiento singular.

El 14 de junio de 1929, el aeroplano Bernard 191 GR, conocido como El pájaro amarillo, realizó un aterrizaje de emergencia en esta playa. El vuelo transatlántico, que había partido de EE.UU. con destino a París, tuvo que desviar su ruta debido a un inesperado polizón a bordo y una falta de combustible. El piloto, el millonario francés Armand Lotti, se vio obligado a aterrizar en la arena de la playa de Oyambre. Esta hazaña se convirtió en un espectáculo memorable para los habitantes de Valdáliga, y hoy en día un monumento conmemora ese histórico evento.

Armand Lotti había encargado su avión de color amarillo chillón precisamente para que fuera más visible en caso de un amerizaje. Sin embargo, el aterrizaje no fue en agua, sino en la arena, lo que demostró la improvisada habilidad de Lotti y su equipo. La sorpresa de encontrar un polizón a bordo, sumada a la falta de paracaídas, hizo de Oyambre una alternativa viable cuando el motor del avión se quedó sin combustible.

Un espacio imponente

La playa de Oyambre destaca no solo por su historia, sino también por su belleza natural. Con una inmensa y plana superficie, se convirtió en una perfecta pista de aterrizaje en su momento. Es la única playa de Valdáliga, un municipio que, entre Santillana del Mar y Comillas, casi se queda sin costa. Sin embargo, las dimensiones y el entorno privilegiado de Oyambre compensan la falta de otras playas cercanas.

Este hermoso arenal está rodeado por el Parque Natural de Oyambre y la Ría de la Rabia, creando un paisaje impresionante. La famosa Curva de Oyambre, visible cuando sube la marea alta, ofrece una de las postales más bellas de Cantabria, que se puede admirar desde el barrio de Trasvía en Comillas.

La playa de Oyambre parece inabarcable en un solo día, con sus pequeños acantilados, sistema dunar, bosques, prados y campos de cultivo. Es el lugar ideal para aquellos que buscan algo más que simplemente tomar el sol. Puedes recorrer la extensa playa hasta el cabo de Oyambre, contemplar las dunas o avistar aves en la marisma. Además, su disposición abierta a las corrientes del Cantábrico la convierte en un sitio perfecto para el surf. Con cerca de dos kilómetros de longitud, este espacio fue una salvación para Assollant, Lefévre y Lotti en su histórica aventura.