Primoz Roglic ha vuelto a demostrar su capacidad de recuperación y liderazgo en el mundo del ciclismo. Tras un periodo complicado marcado por caídas, el esloveno ha recuperado su mejor versión en la sexta etapa del Dauphiné, tomando el liderato de la ronda gala y mostrando un desempeño impresionante en un día cargado de desafíos.

La etapa montañosa prometía ser un verdadero test para los ciclistas, con obstáculos significativos como el Col du Granier (2ª categoría, 8,9 km al 5,5%) y el exigente ascenso final de categoría especial (11,2 km al 8,4%). Sin embargo, las malas noticias comenzaron temprano. Juan Ayuso, el joven prodigio español, no pudo continuar después de intentarlo en el calentamiento debido a los dolores persistentes de su caída anterior. Ayuso, una de las esperanzas españolas para el próximo Tour de Francia, ya está de vuelta en casa preparándose para la gran cita tras una concentración en altura.

La lista de ciclistas que no pudieron comenzar la etapa incluyó a Jasha Sutterlin, Rainer Kepplinger, Kamil Gradek (Bahrein), Lukas Nerurkar, Harry Sweeny (EF Education-Easyport), Odd Christian Eiking (Uno-X) y Kobe Goosens (Intermarché-Wanty). Por otro lado, Magnus Cort (Uno-X), Romain Grégoire (Groupama-FDJ), Thibault Guernalec (Arkea-B&B Hotels), Arjen Livyns (Lotto Dtsny), Mason Hollyman (Israel-Premier Tech) y Alessandro Fancellu (Q36.5) se aventuraron en la fuga del día.

En un episodio surrealista, los fugados se encontraron con una señalización errónea que los llevó a desviarse del recorrido correcto. Tuvieron que retroceder y volver a la ruta correcta, lo que añadió una capa de caos a una etapa ya de por sí complicada.

El final de la etapa fue un espectáculo de emociones y estrategia. A pesar de sufrir antes de lo previsto, Remco Evenepoel contó con el apoyo crucial de su compañero de equipo, Mikel Landa, uno de los mejores fichajes del Soudal este año, para mantenerse en la contienda. Giulio Ciccone mostró viveza y energía, pero fue Roglic quien, con la ayuda de Aleksandr Vlasov, logró imponerse en el tramo final, llevándose tanto la etapa como el liderato de la carrera.

El rendimiento de Roglic no solo fue una demostración de su habilidad y determinación, sino también una señal alentadora de su regreso a la forma óptima justo a tiempo para los grandes desafíos del calendario ciclista. Este desempeño en el Dauphiné reafirma su posición como uno de los ciclistas más completos y resilientes del pelotón.

La sexta etapa del Dauphiné ha servido para medir las fuerzas de los ciclistas y ha dejado claro que Roglic está listo para los desafíos que se avecinan. Con el maillot amarillo en su poder, el esloveno se perfila como un contendiente formidable para las próximas competiciones, incluido el esperado Tour de Francia.