El esloveno Primoz Roglic se ha proclamado vencedor final de la 76ª edición del Critérium del Dauphiné al término de una dramática octava y última etapa, disputada entre Thônes y Plateau des Glières, de 160.6 kilómetros. La jornada culminó con la victoria del español Carlos Rodríguez (Ineos), quien dinamizó la carrera en el último puerto, desatando el caos y llevando la emoción hasta el último metro.

"Es una victoria que viene muy bien para reforzar la confianza. Creo que hemos hecho un buen trabajo de equipo, yo me he sentido muy bien y termino en forma esta carrera con sensaciones de optimismo para el futuro", declaró Rodríguez en meta. "La idea era meter gente en la fuga para que luego ayudaran en el último puerto, poniendo ritmo y seleccionando el grupo de delante. Todo ha salido a la perfección y he podido rematar", añadió el ciclista granadino.

La etapa estuvo marcada por el suspense y la emoción. Un ataque de Rodríguez a 5 km de meta reveló las debilidades de Roglic, poniendo en peligro su liderazgo. Junto a Jorgenson, el español estuvo a punto de cambiar el destino de la general en el último día. Finalmente, Rodríguez se llevó la etapa y la cuarta plaza en la general, mientras Roglic se aferró al maillot amarillo por apenas 8 segundos. Jorgenson y el canadiense Derek Gee completaron el podio.

Rodríguez consiguió una victoria única, una inyección de moral a tres semanas del Tour de Francia, y evidenció las dificultades de Roglic. Rodríguez cruzó la cima de Glières en 4h18'02" junto a Jorgenson, a una media de 37,3 km/h. Tercero, también en agonía, fue Gee a 15 segundos, con Roglic llegando a 48 segundos. Dentro del top 10 figuraron otros dos españoles: Oier Lazkano (Movistar) noveno y Mikel Landa (Soudal) décimo.

La última etapa fue controlada en todo momento por el equipo de Roglic, el Bora Hansgrohe, permitiendo una fuga de 10 corredores, entre ellos Marc Soler y Fraile, aunque sin demasiadas alegrías. La escapada llegó a pie del Col des Glières con apenas medio minuto de adelanto, una diferencia insuficiente frente al ritmo impuesto por los equipos Ineos y Bora, y con la colaboración crucial del Lidl de Carlos Verona.

El francés Guillaume Martin trató de celebrar su 31º cumpleaños con una victoria en Glières, pero fue neutralizado por un grupo decidido a gestionar la llegada. Roglic, aparentemente seguro, sufrió cuando Ciccone atacó a 7 km de meta, abriendo un pequeño hueco antes de ser neutralizado por Laurens De Plus (Ineos), quien dejó atrás a Evenepoel y Vlasov.

A 5 km de meta, Rodríguez lanzó un ataque decidido, revelando las debilidades de Roglic. El granadino y Jorgenson se distanciaron a 4 km de la meta, mientras Roglic luchaba por mantener su ventaja, perdiendo 31 segundos en el tramo más duro del puerto. Con Rodríguez y Jorgenson al frente, la etapa se convirtió en una lucha frenética, con Roglic cruzando la meta extenuado y al borde de perder su liderato.

"Es una locura ganar el Dauphiné después de todo lo que pasó, las caídas y todo lo que sucedió en el medio. Es increíble. He pasado apuros al final, escuchaba las referencias, pero finalmente lo logré y estoy satisfecho por el equipo porque necesitaba ganar esta carrera", dijo Roglic, ganador de tres Vueltas y un Giro, quien salvó el maillot amarillo por solo 8 segundos. "El Dauphiné es una cosa y el Tour es otra. Primero quiero ser feliz porque no se gana una carrera como ésta todos los días, y luego ya pensaré en el Tour", concluyó.

La batalla en los Alpes franceses ha dejado claro que el Tour de Francia promete ser una competición cargada de emoción y retos. La victoria ajustada de Roglic en el Dauphiné, junto a la destacada actuación de Carlos Rodríguez, establece un preámbulo perfecto para lo que será la gran cita del ciclismo mundial.