El belga Victor Campenaerts logró su primera victoria en el Tour de Francia a sus 32 años, imponiéndose con un poderoso sprint en Barcelonnette tras una fuga de 153 kilómetros. Este éxito se produjo después de que Campenaerts se escapara en el descenso de la última cota, superando a Michal Kwiatkowski y Matteo Vercher en la línea de meta.

Campenaerts, visiblemente emocionado, cruzó la meta en lágrimas mientras hablaba con su familia por videoconferencia. Su valentía y esfuerzo se vieron recompensados, demostrando que el Tour premia a los más audaces. Por su parte, Oier Lazkano finalizó quinto en una etapa en la que el Movistar Team no supo gestionar adecuadamente. Pese a tener tres corredores en la fuga, no lograron posicionar a nadie por delante ni seleccionar la numerosa escapada, perdiendo así la oportunidad de victoria en el descenso del último puerto.

Lazkano, conocido como el Potro de Movistar, volvió a ser uno de los animadores de la etapa. Junto con Ben Healy, se ha convertido en una figura destacada en una carrera dominada por la competencia feroz de Pogacar, Remco y Vingegaard. Lazkano coronó en cabeza los tres primeros puertos de tercera categoría, seguido de un Richard Carapaz revitalizado tras su triunfo anterior, peleando por los puntos junto a Aranburu y Mühlberger.

A 65 kilómetros de la meta, Healy intentó una maniobra arriesgada, pero fue Kwiatkowski quien continuó desgastando el grupo, seguido por Tobias Halland Johannessen, dejando la fuga en 28 corredores. En la aproximación a la Cote des Demoiselles Coiffées, Aranburu y Geraint Thomas intentaron abrir hueco sin éxito. Lazkano también lo intentó, pero los esfuerzos del equipo Visma y el Trek-Segafredo cerraron cualquier posibilidad.

En el descenso, Johannessen se salió de una curva, dejando en cabeza a Kwiatkowski, Campenaerts y Vercher. Lazkano intentó unirse a ellos, pero no pudo alcanzarlos. La falta de coordinación en la persecución y el terreno favorable a Campenaerts le permitieron mantener la ventaja y asegurar una victoria que recompensa su fe y constancia.

Esta etapa ha dejado claro que, en el Tour de Francia, no basta solo con tener buenas piernas; es crucial generar y aprovechar las oportunidades estratégicamente.