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El arte olvidado que renace en Cantabria: Las campanas hablan de nuevo en Vierna

Una tradición que perdura en Meruelo y muchos son los que se acercan a vivirlo. / Campanas hermanos Portilla
Vierna, Meruelo, fue testigo de un renacimiento cultural, cuando campaneros de distintas regiones de España se reunieron para preservar y celebrar el toque manual de campanas

El lenguaje ancestral de las campanas ha vuelto a cobrar vida en la localidad de Vierna, Meruelo, Cantabria, durante un evento celebrado este fin de semana. Este encuentro, que ha alcanzado su 22ª edición, reunió a expertos campaneros de diversas regiones de España como Zamora, Burgos y Valencia, con el objetivo de revivir y homenajear los sonidos que, en el pasado, eran fundamentales para la comunicación en las comunidades rurales. Las campanas anunciaban eventos como fallecimientos, tormentas, o incluso la llamada al descanso del mediodía durante las jornadas de trabajo.

Este toque manual, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO hace dos años, ha sido cuidadosamente preservado y promovido por Abel Portilla, maestro campanero y fundidor. Portilla, con una trayectoria que incluye la creación de unas 5.000 campanas, abre cada año su finca en San Bartolomé de Vierna para reunir a entusiastas y expertos del oficio, proporcionando un espacio donde se pueden aprender y compartir las diferentes variantes melódicas que caracterizan a cada localidad.

Durante el evento, los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar y aprender sobre los diversos toques de campana, cada uno con su propio significado histórico y cultural. Entre las interpretaciones, destacaron el toque Tentenublo, que tradicionalmente se usaba para ahuyentar tormentas, y otras melodías que evocaban las emociones y la vida cotidiana de tiempos pasados.

Portilla destacó la importancia de preservar el carácter artesanal de las campanas, criticando la producción industrial que, según él, priva a las campanas de su esencia y alma. Además, se mostró preocupado por la falta de apoyo institucional hacia las artes en general, subrayando la necesidad de fomentar el conocimiento y la apreciación de este patrimonio cultural.

El evento también contó con la participación de Erik Krabbenbos, un joven carillonista holandés que ha llegado a Cantabria para aprender el oficio de fabricación artesanal de campanas bajo la tutela de Portilla. Krabbenbos, quien abrió el encuentro con un concierto de carillón, destacó la importancia de esta tradición y expresó su agradecimiento por la oportunidad de formarse con un maestro de la talla de Portilla.

Este renacimiento del arte campanero en Cantabria no solo busca preservar una tradición, sino también despertar conciencias sobre la importancia de los oficios vocacionales y la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones.