En España, un fenómeno sociolaboral preocupante ha emergido con fuerza en los últimos años, enfocándose en las personas mayores de 50 años que se encuentran en situación de desempleo. Según datos recientes del Sepe, el 46% de los desempleados en el país pertenecen a este grupo etario. Esta cifra revela una realidad incómoda y compleja para quienes atraviesan esta situación.

La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) ha advertido sobre las consecuencias profundas de este panorama. Según José Luis Fernández Santillana, presidente de Ceoma, "mantenerse desempleado después de los 50 años conlleva un gran impacto psicológico y social". Esta situación se ve agravada por la espera hasta los 52 años para acceder a un subsidio que, aunque necesario, no resuelve la problemática de fondo.

La dimensión del problema se amplifica al considerar el perfil demográfico de los afectados. Según Ceoma, el 60,7% de los parados mayores de 50 años son mujeres. "Ser mayor de 50 años y mujer se convierte en una misión imposible para conseguir un empleo", destaca Fernández Santillana.

En el contexto actual, el número de hogares que dependen de rentas mínimas o ingreso mínimo vital ha crecido significativamente, alcanzando los 515.000 en 2023, frente a los 240.000 de 2020, según datos de la Airef. Esta situación refleja una demanda creciente de soluciones estructurales y políticas efectivas para abordar la vulnerabilidad de estos grupos.