El Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago de Compostela ha emitido una sentencia de dos años y seis meses de prisión para Francisco Garzón, maquinista del tren Alvia que sufrió un descarrilamiento en la curva de Angrois el 24 de julio de 2013, y para Andrés Cortabitarte, exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif. Ambos han sido condenados por 79 delitos de homicidio y 143 de lesiones por imprudencia grave.

El caso del tren Alvia, que tuvo lugar en julio de 2013, concluyó hace un año tras un prolongado proceso judicial. Este juicio, conocido como el macrojuicio del caso Alvia, se extendió desde octubre hasta febrero en la fase penal y de febrero a junio en la fase civil, con la participación de casi 700 personas, entre testigos y peritos. Los principales acusados fueron Francisco José Garzón Amo y Andrés Cortabitarte, quienes enfrentaban una solicitud de cuatro años de cárcel por 80 delitos de homicidio imprudente y 145 delitos de lesiones por imprudencia profesional grave.

Han transcurrido once años desde el accidente del tren Alvia que dejó un saldo de 80 muertos y 145 heridos. Según la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, facilitada este viernes, ambos fueron condenados por la comisión de 79 delitos de homicidio y 143 de lesiones por imprudencia grave. Además, se les ha inhabilitado para ejercer sus profesiones durante cuatro años y medio, y se les ha impuesto el pago de una indemnización de más de 25 millones de euros a las víctimas del siniestro, con responsabilidad civil directa de las aseguradoras QBE y Allianz Global, que representan a Renfe Operadora y Adif respectivamente.

La magistrada María Elena Fernández Currás identificó como causas del descarrilamiento en la curva de La Grandeira, en Angrois, la falta de medidas de mitigación de riesgos con un sistema de seguridad "que dejaba toda la responsabilidad en manos del conductor" y el "descuido" del maquinista al recibir una llamada del interventor de a bordo, Antonio Martín Marugán.

La jueza determinó que, además de la llamada de 100 segundos recibida por el maquinista, otra de las razones del accidente fue que "no había nada en la vía que lo protegiese en caso de que, por cualquier causa, el maquinista no cumpliera la obligación de llegar a ese punto a 80 kilómetros por hora". Según la Justicia, los acusados incrementaron ilícitamente el riesgo cuando su ocupación les exigía la capacidad de evitarlo.