Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y líder de Junts, ha anunciado su regreso a España, a pesar de enfrentar la amenaza de cárcel. Durante un "encuentro de verano" celebrado este sábado en Amélie-les-Bains-Palalda, una localidad del sur de Francia, Puigdemont afirmó: "No habrá más campañas electorales en el exilio: en las próximas estaré, peti qui peti", subrayando que su decisión de regresar "no será personal, sino política".

En su intervención, Puigdemont reiteró su compromiso de regresar a Cataluña para participar en una sesión de investidura, aunque no se trate de la suya propia. "Mi obligación es ir al Parlament si hay debate de investidura: yo estaré, presidente, y solo un golpe de estado me lo podrá impedir", afirmó, dirigiéndose directamente a Josep Rull.

Este anuncio se produjo en un acto conmemorativo del cuarto aniversario de Junts, denominado "Todos con el presidente Puigdemont". La reunión congregó a cargos del partido y militantes nacionalistas en lo que se conoce como "Cataluña norte". El evento tuvo lugar en un contexto marcado por las negociaciones entre ERC y PSC para la investidura de Salvador Illa. Según lo reportado por El Debate, los republicanos planean presentar el preacuerdo a la ejecutiva del partido el lunes, para luego someterlo a las bases entre martes y miércoles, con la votación prevista para el jueves, 1 de agosto.

Semanas decisivas

Puigdemont advirtió sobre las próximas semanas, calificándolas de "decisivas" y "críticas desde cierto punto de vista". Explicó que hay una "amenaza real de un Govern presidido por la versión más españolista del PSC" y un "desafío a la democracia" representado por la actitud del Tribunal Supremo, que se niega a aplicar una ley aprobada por un parlamento democráticamente elegido. "Hemos de salir de la prisión de España", proclamó ante los aplausos de la militancia. "Nos hemos de rearmar", añadió, llamando a combatir "la toga nostra que controla el PP por la parte de atrás".

Puigdemont también criticó a Salvador Illa, cuestionando su gestión: "¿Le habéis escuchado a Salvador Illa decir algo de lo mal que funciona Cercanías?", y planteó "quién defenderá delante de Madrid a los ocho millones de catalanes". Según Puigdemont, "los únicos" que pueden hacerlo son ellos mismos, ya que no han autorizado el techo de déficit porque "todo aumento de gasto lo usarán en contra nuestra".

Acabar lo empezado el 1-O

Jordi Turull, secretario general de Junts, destacó la participación de "más de 2.500 personas" en el evento, subrayando que el objetivo de Junts es "acabar" lo que empezó el 1 de octubre de 2017. "Somos el partido del presidente Carles Puigdemont, y lo decimos con todo el orgullo", afirmó Turull, asegurando que "todas nuestras decisiones en el Senado, el Congreso y el Parlament responden a esta lógica". Según Turull, no deben elegir entre PSOE o PP, porque "siempre escogemos Cataluña".

Turull comparó la actuación del Estado con "un golpe de estado con toga", equiparando a jueces como Marchena y Aguirre con el militar golpista Fernando Tejero. Aseguró que intentarán impedir "de todas las maneras" que Salvador Illa sea presidente.

Puigdemont, un nombre colectivo

Laura Borràs, presidenta de Junts, describió a Carles Puigdemont como "un nombre individual pero que hemos convertido en colectivo, y que es la mejor manera de explicar Junts", destacando que "persistir es vencer". Insistió en que no deben fallar a las generaciones futuras, evitándoles "un futuro de pobreza y mediocridad en el seno del estado español".

Otras figuras de Junts también intervinieron en el evento. Josep Lluis Cleries se despidió de la Cámara alta tras 11 años, y Xavier Trias, exalcalde de Barcelona, señaló que "hemos de ir a por todas, no podemos perder el tiempo", autodefiniéndose como "el hombre de Puigdemont" en la capital catalana.

Marie Costa, alcaldesa de Amélie-les-Bains-Palalda y miembro de Junts, afirmó que "el gobierno de Pedro Sánchez parece un conejo deslumbrado" y destacó la importancia del apoyo de Junts para la gobernabilidad en España. Costa enfatizó la necesidad de liderazgos fuertes y la unidad para marcharse de España, describiendo a Junts como "una piedra pequeña pero muy incómoda en los zuecos españoles".