El sindicato mayoritario de los Mossos d'Esquadra, Sap-Fepol, ha manifestado que la llamada 'operación jaula', realizada con el objetivo de localizar al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, "se llevó a cabo con la intención de justificar el fallo en su detención".

Durante una rueda de prensa celebrada este lunes en Barcelona, los representantes sindicales cuestionaron la decisión de la Prefectura de mantener a la población detenida en las carreteras de Cataluña durante casi cuatro horas, en un esfuerzo por encontrar a una figura pública. Según señalaron, el cuerpo cuenta con un área de mediación que podría haber sido utilizada de manera alternativa para interactuar con el entorno de Puigdemont.

El secretario general de Sap-Fepol y representante de Sme-Fepol, Pere Garcia, criticó duramente la rueda de prensa del pasado viernes, en la que participaron el entonces conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, el director general de la Policía, Pere Ferrer, y el comisario jefe de Mossos, Eduard Sallent. Según García, las responsabilidades se desviaron hacia terceras personas. "La ciudadanía de Cataluña se merece una respuesta clara de qué ha podido pasar", subrayó, instando a la Prefectura a realizar un análisis de los errores cometidos y a revisar las actuaciones futuras.

Respecto a la detención de tres agentes de los Mossos que supuestamente ayudaron a Puigdemont a huir, García afirmó que no cree que haya existido permisividad por parte de la Jefatura en relación con el servicio prestado por algunos agentes en el extranjero durante sus horas libres, cuando actuaron como escoltas del expresidente. Destacó que el sistema público "debe construirse sobre la base de la confianza" y que no es posible controlar a los 18,000 agentes de los Mossos.

García recordó que la División de Asuntos Internos sigue de cerca las conductas reprobables dentro del cuerpo, pero señaló que ese día el objetivo no era "controlar a los Mossos". Agregó que la responsabilidad de los agentes detenidos será determinada por la Justicia, y que, en última instancia, se decidirá si corresponde imponer alguna sanción disciplinaria.

Por otro lado, al referirse a las peticiones dirigidas a la nueva consellera de Interior, la socialista Núria Parlón, García pidió que mantenga una relación cercana con el cuerpo policial y que no vea a los sindicatos "como un enemigo político, sino como una herramienta necesaria, absolutamente imprescindible". También expresó su deseo de que los cambios en la Prefectura no se realicen sin contar con la participación de los sindicatos, como sucedió en la anterior legislatura.

Finalmente, García instó al nuevo departamento a no "vivir en una realidad paralela", donde se prioricen las necesidades políticas sobre las de seguridad.