Tiene todos los elementos de una trama de Jason Bourne: Un vuelo comercial en el que viaja un periodista disidente es interceptado por un avión de combate MiG-29 bajo las órdenes del presidente duro de Bielorrusia.

Este protagonista es muy real.

Se llama Roman Protasevich, y el domingo llamó la atención del mundo entero porque el gobierno bielorruso y su autoritario líder hicieron todo lo posible para detenerlo.

Protasevich, de 26 años, viajaba en una aerolínea comercial de Atenas a Vilnius (Lituania) cuando la fuerza aérea bielorrusa hizo volar un avión de combate.

El vuelo, de la compañía irlandesa Ryanair, fue desviado a Minsk, la capital de Bielorrusia, donde el milenario opositor fue detenido.

La táctica, ampliamente condenada, fue el último intento de Alexander Lukashenko, el líder autoritario del país, de suprimir la influyente voz de Protasevich.

¿Por qué el gobierno está tan obsesionado con Protasevich?

Quedan pocas fuentes de noticias independientes en Bielorrusia, donde la mayoría de los medios de comunicación se vieron obligados a cerrar tras las protestas generalizadas por unas disputadas elecciones presidenciales en 2020.

Protasevich es cofundador y ex editor del canal NEXTA en la plataforma de medios sociales Telegram, que se ha convertido en un conducto popular para que los enemigos de Lukashenko compartan información y organicen manifestaciones contra el gobierno.

Huyó del país en 2019, temiendo ser detenido.

Sin embargo, ha continuado haciendo tambalear el régimen de Lukashenko mientras vive en el exilio en Lituania, hasta el punto de que fue acusado en noviembre de incitar al desorden público y al odio social.

De adolescente, Protasevich se convirtió en un disidente, atrayendo primero el escrutinio de las fuerzas del orden.

Fue expulsado de una prestigiosa escuela por participar en una manifestación de protesta en 2011.

¿Qué ocurrió el domingo?

Protasevich regresaba a Vilna de una conferencia económica en Grecia con la líder opositora bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, según informaron las autoridades griegas.

El vuelo, en el que viajaban unos 170 pasajeros, debería haber durado unas tres horas.

Al acercarse a la frontera entre Bielorrusia y Lituania, un avión de combate MiG-29 fue enviado para interceptarlo.

Lukashenko, al que se suele llamar "el último dictador de Europa", ordenó personalmente al avión de combate que escoltara al avión de Ryanair hasta el aeropuerto de Minsk tras una amenaza de bomba, según su servicio de prensa.

Según el comunicado, Lukashenko, aliado del presidente ruso Vladimir Putin, dio una "orden inequívoca" de "hacer que el avión diera una vuelta en U y aterrizara".

No se encontró ninguna bomba a bordo, dijeron las autoridades policiales del país.

Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, criticó duramente el domingo en Twitter al gobierno de Bielorrusia por la detención de Protasevich.

Lo calificó de "acto descarado y chocante desviar un vuelo comercial y detener a un periodista".

"Exigimos una investigación internacional y estamos coordinando con nuestros socios los próximos pasos", dijo Blinken.

"Estados Unidos está con el pueblo de Bielorrusia".

¿A qué tipo de castigo se enfrenta?

La principal agencia de seguridad del gobierno de Bielorrusia, llamada KGB, incluyó el nombre de Protasevich en una lista de terroristas.

Si se le acusa y se le declara culpable de terrorismo, podría enfrentarse a la pena de muerte.

Los cargos de incitación al desorden público y al odio social conllevan una pena de más de 12 años de prisión.