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Bajo el pavimento de cristal: Secretos y leyendas de la Catedral de Santander

La Catedral de Santander . / A.E
La Catedral de Santander, con su apariencia más cercana a una fortaleza que a un templo, es una edificación emblemática de la ciudad

Este conjunto arquitectónico destaca por sus robustos contrafuertes, muros gruesos y su imponente torre, que le confieren un aire defensivo y austero. La catedral está compuesta por dos iglesias superpuestas, cada una con su propia historia y características distintivas: la Iglesia del Santísimo Cristo en la parte inferior y el templo principal de la Catedral de Santander en la parte superior.

Iglesia del Santísimo Cristo

Situada en la base de la catedral, la Iglesia del Santísimo Cristo, también conocida como la cripta, fue construida a principios del siglo XIII. Representa uno de los primeros ejemplos de arquitectura gótica, aunque sus líneas puras y sencillas, junto con su ambiente sobrio y levemente iluminado, recuerdan más al estilo románico. Sus naves son bajas, con una altura que apenas alcanza los cuatro metros, creando un espacio que invita al recogimiento y la meditación.

Bajo el pavimento de cristal de esta iglesia se encuentran los restos de antiguos baños romanos, que se utilizaron para guardar las cabezas de los santos Emeterio y Caledonio durante la Edad Media. Esta área oculta a la vista proporciona una fascinante conexión con el pasado romano de Santander, permitiendo a los visitantes imaginar los vestigios históricos que aún reposan bajo la iglesia.

La Catedral de Santander ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos que han dejado cicatrices visibles en su estructura. Desde la explosión del barco Cabo Machichaco hasta los bombardeos de la Guerra Civil española y el devastador incendio de 1941, la catedral ha soportado múltiples daños a lo largo del tiempo. A pesar de ello, cada reconstrucción ha añadido nuevas dimensiones y mejoras, transformándola en una versión más grande y renovada de sí misma.

El incendio de 1941 fue el episodio que más daño causó, destruyendo el interior del templo, incluidos retablos, imágenes y decoración. Sin embargo, las reconstrucciones posteriores permitieron aumentar sus dimensiones, haciendo de la catedral un símbolo de resiliencia. Diseñada en un estilo gótico elegante y esbelto, la catedral cuenta con cuatro naves de diferentes alturas, de las cuales surgieron capillas laterales a lo largo de los años.

Junto a la entrada principal se encuentra el claustro gótico, que incluye un acogedor jardín. Durante la Edad Media, este espacio funcionó como el cementerio de la villa, añadiendo una capa más de historia a la catedral.

Torre de la Catedral

Coronando la catedral se encuentra una robusta torre que alberga el Centro de Interpretación de la Historia de Santander. Este espacio ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir el pasado de la ciudad mientras disfrutan de vistas del centro de Santander desde su campanario. Aunque las vistas desde la torre son algo limitadas, proporcionan una perspectiva única del entorno urbano.