La futura planta de biomasa de Solvay en Cantabria se perfila como uno de los proyectos industriales más ambiciosos y significativos de Europa. Con una fecha de finalización prevista para el año 2027, se espera que esta instalación sea una de las más grandes del continente, además de la mayor de España en su categoría. 

La construcción de esta infraestructura, que requerirá dos años, estará respaldada por los permisos necesarios que se esperan obtener antes de que concluya el año 2024. La importancia de esta planta radica en su capacidad para reducir significativamente el uso de carbón como fuente de combustible, lo que contribuirá a evitar la emisión de aproximadamente 300.000 toneladas de CO2 al año. 

Pero este proyecto va más allá de la simple reducción de emisiones: pretende «representar el inicio de una serie de iniciativas que Solvay» está considerando para promover la sostenibilidad en sus operaciones. 

La reciente visita del ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, a la fábrica de Barreda, donde se ubicará la planta, resalta la importancia estratégica de este proyecto para el gobierno. 

Hereu destacó que Solvay, una empresa con una sólida presencia en Cantabria desde hace más de un siglo, encarna perfectamente la visión del gobierno de transformación energética y digital para impulsar la reindustrialización. 

El respaldo institucional a este proyecto es evidente, con la concesión de una importante subvención de 30 millones de euros a Solvay y Enso Esco del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de descarbonización industrial. Este apoyo financiero refleja el compromiso del gobierno y las autoridades regionales con la transición hacia una economía más sostenible. 

Además, se ha formado un grupo de trabajo para acelerar la tramitación de los permisos necesarios, con el objetivo de que la planta pueda comenzar a operar en 2027. Esta iniciativa se percibe como un catalizador para la reindustrialización sostenible de la región, con un impacto positivo tanto en el empleo como en el medio ambiente. 

Los responsables de Solvay y ENSO han avanzado que la cogeneración con biomasa es solo «el primero de los proyectos» con los que aspiran a hacer de la planta «un referente a nivel europeo y a nivel mundial». 

En concreto, prevén convertirla en «uno de los hubs» de producción de combustible sintético a través del CO2 biogénico, que se produciría en la planta de Barreda con la posibilidad de utilizar el hidrógeno verde para esa producción de los nuevos combustibles. «Eso nos llevará a otra dimensión», ha advertido el presidente de ENSO, que espera «nuevos empujes».

Concesión de 30 millones de euros a Solvay y ENSO

La presidenta de Cantabria, Mª José Sáenz de Buruaga ha trasladado el «respaldo total» del Gobierno regional y ha avanzado que se «agilizará al máximo» la tramitación de las autorizaciones. Y es que, como ha destacado, es un proyecto «tractor» que «va a garantizar la viabilidad de Solvay» y que supone casi tanto como «la reindustrialización de la cuenca del Besaya».