23.07.2024 |
El tiempo
martes. 23.07.2024
El tiempo
El Diario de Cantabria
ALERTA El Diario de Cantabria

Alfombra roja a Rabiye, madre coraje turca de un preso alemán en Guantánamo

Gemma Casadevall

Alfombra roja a Rabiye, madre coraje turca de un preso alemán en Guantánamo

Gemma Casadevall

Berlín, 12 feb (EFE).- La alfombra roja de la Berlinale se tendió hoy para "Rabiye Kurnaz versus George W. Bush", la película dirigida por el alemán Andreas Dresen que, a partir de una "madre coraje" turca, recupera el caso real de Murat Kurnaz, un germano-turco que pasó casi cinco años preso en Guantánamo.

"Esta película es fruto de un camino largo", explicó Dresen, aspirante al Oso por parte del cine anfitrión, con una película que no solo denuncia "la arbitrariedad, las torturas" de la cárcel instalada por EEUU en Cuba, sino también la actitud del gobierno alemán de entonces.

Quien, como Murat, caía en 2001 en Guantánamo "tenía ante sí cero perspectivas de una solución judicial", explicó Dresen. Su película recuerda que siguen ahí 39 presos, 20 años después de los atentados del 11-S contra Estados Unidos.

Tal vez Murat Kurnaz habría quedado enredado en un "tierra de nadie judicial", de no haber sido por Rabiye: una turca de pelo teñido, glotona, entusiasta y pletórica de energía, que sale en busca del hijo.

El filme respira y vive a través de Rabiye, una ciudadana de Bremen de 44 años, que un día de 2001 recibe una llamada de su hijo desde Fráncfort, en que le explica que parte para Karachi. No lo recuperará hasta 1.786 días después, cuando lo abraza en Ramstein, la ciudad alemana donde EEUU tiene la mayor de sus bases en Europa.

Rabiye -Meltem Kaptan- habrá removido hasta entonces cielo y tierra en su busca. Lo hará desde su posición de simple madre de tres hijos, casada con uno de tantos turcos llegados a Alemania a trabajar, cuyo sueño era conducir un Mercedes y que nunca había oído hablar de Guantánamo.

Primero buscará pistas de su hijo en la mezquita de Bremen donde, sospecha, le radicalizaron. Luego acudirá a la policía alemana. De ahí irá a parar a un abogado luchador -Alexander Scheer-, con quien viajará primero a Turquía, por ser esa la nacionalidad de su hijo, y luego a Washington.

Es una mujer casi inmune al desaliento, que piensa que puede llegar a entregar una carta al ministro de Justicia turco o al presidente de Estados Unidos. Disfruta el champagne que le ofrecen en su vuelo en primera clase -pagado por una ONG estadounidense- y llora cuando piensa en Murat, enjaulado como un animal en esa cárcel ilícita que para ella no existía.

Dresen, director al que la Berlinale lanzó internacionalmente en 2002 con el Oso de Plata por "Halbe Treppe", imprime a su madre coraje turca esa ternura, a veces ingenua, que caracteriza su cine. El personaje real -interpretado por Abdullah Emre Özturk- no aparece hasta los minutos finales, puesto que, al fin al cabo, lo que se describe es su ausencia.

UN PRESO COMPLEJO PARA BERLÍN

Rabiye es la madre del "talibán alemán", como denominó a Murat la prensa sensacionalista. El entonces gobierno socialdemócrata-verde del canciller Gerhard Schröder se desentendió del caso, con el argumento de que Murat no adoptó nunca la nacionalidad del país donde creció.

Las autoridades de Bremen le retiraron incluso el permiso de residencia, seis meses después de ingresar en Guantánamo, con el argumento de que no se preocupó por "tramitar" su renovación.

Murat sigue esperando "una disculpa" de las autoridades alemanas, recordó Dresen. Especialmente deseable sería, según el cineasta, una "reflexión" del presidente del país, Frank-Walter Steinmeier.

El estreno del filme se produce en la víspera de la previsible reelección por parte de la Asamblea Federal de Steinmeier, quien ocupa ese cargo desde 2017 y al que respaldan tanto su Partido Socialdemócrata (SPD) como el bloque conservador, además de verdes y liberales.

Steinmeier era ministro de la Cancillería de Schröder en el periodo en que discurre el filme. El Murat Kurnaz real le responsabilizó tras su liberación de lo ocurrido, ya que entre sus atribuciones estaba la coordinación de los servicios secretos de la Cancillería; según investigaciones periodísticas, el espionaje no solo no intervino a favor de su liberación, sino que incluso la obstaculizó.

Kurnaz fue detenido a finales de 2001 en Pakistán, seguidamente trasladado a Afganistán y desde allí pasó a Guantánamo. Fue liberado en agosto de 2006, un año después de la llegada al poder de Angela Merkel, de quien Steinmeier se convirtió en ministro de Exteriores. EFE

gc/amg

Alfombra roja a Rabiye, madre coraje turca de un preso alemán en Guantánamo
Comentarios