Elena Garuz

Berlín, 12 feb (EFE).- El cineasta argentino Mariano Biasin regresa hoy a la Berlinale con su primer largometraje, "Sublime", un "coming-of-age" a prueba de amistad que enlaza con su filme "El inicio de Fabrizio", que le valió el Oso de Cristal en 2016 al mejor corto en la categoría Generation Kplus, dedicada al cine infantil.

"Sublime", nominada a mejor ópera prima, tiene en común con el corto premiado el género del "coming-of-age", el "tener un poquito de humor, un poquito de romance, mucha amistad" y "esa cuestión de sentirse un poco incomprendido a esa edad con el entorno familiar", explica Biasin (1980) en entrevista con Efe.

Manu, de 16 años, vive en un pueblo costero, toca el bajo en una banda de rock, tiene un amigo, Felipe, que es como un hermano y con quien lo comparte todo, y una novia, Azul, con la que está a punto de tener su primera vez.

Un día tiene un sueño que lo descoloca y que abre una puerta inesperada, porque se da cuenta de que se está enamorando de Felipe.

Ese sentimiento nuevo al principio le genera cierta curiosidad, "esto de lo sublime que tiene estar enamorado de repente y que todo tome un color y una sensación nueva", dice Biasin.

Pero sincerarse con su amigo, con el que comparte tanto, "puede implicar que esa amistad cambie, que se genere una distancia, que se genere un rechazo, y eso es lo que atraviesa Manuel durante la historia", explica.

Para Biasin, la amistad es una forma de relacionarse que "mejora cualquier otro vínculo" existente, pero en este caso se da al revés, "el sentimiento de deseo, de atracción y de pasión aparece por sobre la amistad".

"Ahí es donde todo se pone algo más difícil, porque está el sentimiento de la posible pérdida", de poner en riesgo la amistad.

Para su primer largometraje, Biasin había pensado en la adaptación de un libro de un autor argentino, pero alguna complicación con cuestiones de derechos y demás hizo que su productor, Juan Pablo Miller, le propusiera hacer "una versión larga" de su corto "El inicio de Fabrizio".

Pensó que podía ser una buena idea porque suponía explorar un mundo en el que se sentía cómodo al haberlo trabajado ya, y esta confianza, según el realizador, es "fundamental" para una ópera prima.

Aún así, tenía claro que no quería repetir la misma historia del corto, que es "en sí misma una película en miniatura", y le apareció "este disparador" de un personaje que se despierta un día después de tener un sueño "en el que se le acomodan algunas cosas de una manera distinta a cómo las tenía preconcebidas".

De ese despertar, de ese sueño, empezó a construir la historia, "que se fue dando sola".

Poder estrenar mundialmente el filme en Berlín, un lugar al que tiene "mucho cariño" por la "experiencia hermosa" previa que creía que no se iba a repetir nunca, supone una "gran emoción" para el cineasta, al igual que el hecho de que la película haya sido seleccionada para el festival.

El nuevo proyecto en el que está trabajando el director, "en un proceso muy germinal", revela, no tiene nada que ver con el género del "comingo-of-age"; se trata de una comedia.

Además de la comedia, le interesa "el mundo de la ciencia ficción ligado con lo misterioso", dice.

"Me parece que el cine tiene material para jugar ahí", afirma. EFE

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