Madrid, 21 feb (EFE).- La cúpula del PP, con su líder, Pablo Casado, a la cabeza, sigue reunida en la sede nacional, sin resolver por el momento cuál será el futuro de la formación, cuando los barones han dejado de respaldar en público a su jefe de filas y algunos piden ya abiertamente un congreso nacional extraordinario o, incluso, una gestora.

La reunión del Comité de Dirección ha comenzado este lunes a las 11.00 y más de ocho horas después, al filo de las 20 horas, continúa, mientras fuera del número 13 de la calle Génova de Madrid también hay movimientos para poner solución a la crisis abierta por la guerra entre Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El encuentro se produce un día después de que miles de seguidores -3.500, según la Delegación de Gobierno- de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pidiesen ayer a las puertas de la sede de nacional del partido, también en la calle Génova de Madrid, la dimisión de Casado y un congreso extraordinario.

En el interior de Génova están los vicesecretarios del PP y en las últimas horas han llegado algunos de los diputados afines a Pablo Casado. Quien no ha acudido ha sido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha excusado su ausencia en su agenda municipal, en la jornada en la que ha trascendido que quiere dejar la portavocía nacional del PP de común acuerdo, como han informado a Efe fuentes de su entorno.

En estos momentos todos los escenarios están abiertos. Es posible que Casado se atrinchere y evite dimitir o convocar un congreso. También es una posibilidad que sí dimita. O que no renuncie pero convoque ya el congreso y en ese cónclave, se presente o no.

También es posible que otros dirigentes tomen las riendas del partido, bien estableciendo una gestora desde el Comité Ejecutivo Nacional o bien forzando desde la Junta Directiva Nacional el congreso, para lo que necesitan el respaldo de los dos tercios.

En el partido, echan cuentas, tras una jornada repleta de declaraciones y posicionamientos públicos.

Los más relevantes los del líder de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al que todos miran como un posible sucesor, y que este lunes ha pedido decisiones urgentes; y la de la presidenta madrileña, que ha dejado vía libre a la llegada del dirigente gallego, al descartarse de la carrera por liderar el PP.

Desde Galicia, Feijóo ha avisado: "Cuando no se zanja una crisis en el primer tiempo, la debemos de zanjar en el segundo y definitivo". Y no ha desvelado si él daría un paso al frente para suceder a Casado.

En Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha pedido "un giro absoluto", al tiempo que se ha descartado ella misma de la carrera: "Cuando yo he dicho que mi sitio es Madrid es porque mi sitio es Madrid y quien ha intentado ver aquí una guerra de intereses entre Ayuso y Casado se equivoca por completo y esta es la demostración", ha asegurado.

Desde Andalucía, el presidente de la Junta y líder del PP-A, Juanma Moreno, ha reclamado encontrar "lo más rápido posible" una solución al "gravísimo problema" del PP y de forma similar se ha pronunciado Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP de Castilla y León, que ha pedido atajar el problema se ataje "de manera inmediata".

Además, son muchos los líderes del PP, hasta ahora cercanos a Casado, que este lunes han evitado respaldarlo. Es el caso de Carlos Iturgaiz, en País Vasco, el de Carlos Mazón, en la Comunidad Valenciana. Dirigentes como Paco Núñez, en Castilla-La Mancha, piden también una solución "inmediata, urgente".

Otros dirigentes sí han sido explícitos en pedir una solución concreta para resolver la crisis, como el líder del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, que ha urgido a la dirección nacional del partido a tomar "medidas drásticas que den la voz al afiliado" y avanzar así el congreso del PP. EFE

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