Madrid, 25 feb (EFE).- El judo es un arte marcial que en japonés puede traducirse como “el camino de la flexibilidad”, ideado para aprender a usar el cuerpo en defensa propia, esta disciplina es la que llevó al joven madrileño Ignacio Sánchez de Lerín a aplicar las enseñanzas de este deporte para convertirse en uno de los mejores estudiantes de su promoción en la Columbia University de Nueva York.

Sánchez de Lerín define su etapa como judoca, en la que participó en torneos a nivel regional, como el momento en el que, gracias al trabajo de su entrenador, pudo aprender valores humildad, disciplina y esfuerzo.

Su maestro no fue otro que Rafael Ortega, pionero de esta disciplina en España y quince veces campeón nacional, quien defiende un estilo “total” que obliga a sus alumnos “a dar el 200% en cada entrenamiento”.

Además, la disciplina impuesta en el dojo favoreció, en su opinión, la constancia necesaria para evitar “las distracciones” propias de la juventud; algo que él trasladó a su vida académica con un rendimiento alto para convertirse en abogado, inspirado por su padre, hasta que sus primeras prácticas laborales le descubrieron una nueva pasión: los negocios.

De esta forma, se decidió a ampliar sus conocimientos con un programa MBA en la Escuela de Negocios de la Columbia University de Nueva York.

Para llegar hasta allí, Ignacio Sánchez de Lerín disfrutó del programa de becas de la Fundación Ramón Areces, cuya ayuda le servía para cubrir los costes de la universidad, la cobertura del seguro médico y una cantidad mensual para pagar los costes de vida en la metrópoli neoyorquina.

En sus palabras, la experiencia ha sido “un punto de inflexión” en su carrera profesional puesto que le ha abierto las puertas al mercado profesional global y le ha permitido trabajar, en la actualidad, para una multinacional en Bélgica.

En principio, su beca solo contemplaba la realización de un curso escolar, sin embargo, el buen desempeño en las aulas le permitió formar parte del grupo de honor del decano -al que solo accede el 25 % del alumnado con mejores calificaciones- y, con ello, prolongó su estancia hasta el pasado 2021.

“Estoy eternamente agradecido a la Fundación Ramón Areces y, sobre todo, a una persona que todos echamos de menos como es Concepción Pinto González. Nos hizo la vida muy fácil a todos los becarios y nos permitía centrarnos en lo verdaderamente importante que era el máster”, ha expresado a la Agencia EFE.

Esta Fundación ha celebrado hasta el momento 35 convocatorias para estudios de postgrado en el extranjero en Ciencias Sociales (economía y derecho), con un total de 523 alumnos becados en centros como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), la London School of Economics (LSE) de Londres o el Colegio de Europa en Brujas (Bélgica).

Desde la institución esperan que la convocatoria actual, abierta hasta el 28 de febrero, supere las 227 solicitudes del año anterior.

“El objetivo final del programa se reduce a una idea muy sencilla: cambiar la vida de las personas que se benefician de él. Para ello, ofrecemos a jóvenes graduados una oportunidad, que de otra manera no tendrían, para completar su formación en los mejores centros del mundo”, ha dicho a EFE el miembro del Consejo de Ciencias Sociales de la Fundación Ramón Areces, Miguel Jerez. EFE

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