El Cairo, 22 ene (EFE).- Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) anunciaron hoy que 17 de sus efectivos han muerto en los últimos tres días en choques con miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI), después de que los radicales protagonizaran dos motines de prisioneros en la provincia siria de Al Hasaka.

En un comunicado, las FSD anunciaron la muerte de 17 miembros de "las fuerzas militares, de seguridad interior y de voluntarios en las instituciones de servicio" desde el pasado jueves, cuando se produjo el primer motín, y hasta el momento.

Estos miembros de la alianza liderada por kurdos perdieron la vida "mientras resistían los ataques de los terroristas e impedían su fuga de la cárcel" de Geweran, en Al Hasaka.

Asimismo, anunciaron que otros 23 miembros de las FSD resultaron heridos "mientras repelían el ataque".

Poco antes, la alianza anunció que al menos 22 miembros del EI murieron hoy en enfrentamientos con las FSD, que están intentando controlar la situación tras los motines de prisioneros yihadistas.

De acuerdo con la nota, las FSD lograron recuperar el control de "varios puntos en la zona norte de los muros de la cárcel" de Geweran, donde se produjo un primer motín el jueves y otro el viernes.

Desde el viernes, las FSD han informado de la muerte de un total de 34 miembros del Estado Islámico durante los enfrentamientos en Al Hasaka.

Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó la cifra de fallecidos desde el jueves a 89 (56 del Estado Islámico, 28 kurdos y 5 civiles) y advirtió de que el número de muertos podría aumentar en las próximas horas por la violencia en los choques.

Prisioneros del EI detenidos se sublevaron el jueves por la noche coincidiendo con la explosión de un coche bomba en las inmediaciones del centro penitenciario y un segundo intento de fuga tuvo lugar el viernes en la misma cárcel, considerada una de las más grandes para integrantes del grupo radical en todo el mundo, con cerca de 3.500 combatientes y líderes yihadistas en sus celdas.

Miles de combatientes del EI y sus familiares permanecen en cárceles o en campamentos de refugiados administrados por los kurdosirios en el noreste del país, la mayoría de ellos tras haber sido detenidos en 2019 durante la ofensiva para expulsarlos de los últimos territorios que controlaban en esa región. EFE

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