Uagadugú, 31 ene (EFE).- La junta militar que dirige Burkina Faso publicó hoy una "Ley Fundamental", que regirá la gestión del poder estatal a la espera de adoptarse una Carta de Transición, y restableció de manera parcial la Constitución suspendida el pasado 24 de enero tras el golpe de Estado.

"Desde su firma, la Ley Fundamental levanta la suspensión de la Constitución del 2 de junio de 1991, que se aplica a excepción de sus disposiciones incompatibles con la presente ley", indica el documento de la nueva norma, leído en la televisión estatal RTB por un portavoz, el teniente coronel Cyprien Kaboré.

La Ley, compuesta por 37 artículos, regula los derechos y deberes de las personas, dedica un título al Estado y la soberanía, al presidente de la junta militar (denominada Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración, MPRS), los tratados internacionales y la revisión de la propia norma.

Entre los derechos reconoce la igualdad ante la ley, el de libertad de creencia y conciencia, la libertad de movimiento, la inviolabilidad del domicilio, la libertad de prensa y creación artística, el derecho a la defensa, de educación o la libertad sindical.

Igualmente, nombra al MPRS como el "órgano central" de orientación política de seguridad, económica, social, de desarrollo y de la restauración de la integridad del Estado; y otorga al presidente del Movimiento el título de presidente, jefe de Estado y jefe supremo del Ejército de Burkina Faso.

Además, señala que la justicia es independiente y argumenta la legitimidad del documento aludiendo, entre otros, a los hechos que condujeron a la dimisión del derrocado presidente burkinés, Roch Kaboré, el pasado 24 de enero.

Los militares tomaron el poder en Burkina Faso ese día tras la tensión vivida la víspera por los disparos en varios cuarteles militares de Uagadugú y otras urbes, unos incidentes calificados en un principio como un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas.

El golpe de Estado se confirmó tras la aparición de miembros de la junta militar en la televisión estatal RTB, que anunciaron haber depuesto al presidente Kaboré -quien acabó presentando su dimisión en una carta manuscrita- y otras medidas, como la disolución del Gobierno y el Parlamento o la suspensión de la Constitución.

El pasado jueves, en su primer mensaje televisado a la nación desde la asonada, el líder de los golpistas, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba, advirtió de que la "normalidad constitucional" volverá únicamente cuando se den las condiciones que marque el pueblo burkinés.

El golpe tuvo lugar después de la escalada del descontento social durante los últimos meses por la inseguridad generada por la violencia yihadista.

Burkina Faso sufre el yihadismo desde 2015 y los ataques, que se atribuyen a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico, han provocado más de 1,5 millones de desplazados internos, según el Gobierno burkinés.

El golpe de Burkina Faso es el cuarto que sufre la región de África occidental, tras los dos acaecidos en el vecino Malí (agosto de 2020 y mayo de 2021), país que también padece la lacra del terrorismo yihadista; y el de Guinea-Conakri (septiembre de 2021). EFE

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