Málaga, 7 mar (EFE).- Los refugiados ucranianos que huyen de la guerra iniciada por Rusia llegan conmocionados y optan por descansar sin salir fuera de los espacios donde son acogidos, donde el miedo de los niños se palía con los juguetes que les ofrecen, según cuentan a EFE quienes están en contacto con ellos en lugares como Málaga.

Es el caso de dos hermanas que han llegado cada una con dos hijos y que están acogidas en el centro de Innovación Social La Noria, de la Diputación malagueña, donde se les ha visto en las primeras horas de estancia muy afectados, aunque se espera que mejore su actual situación de choque conforme pase el momento inicial.

El personal del recinto acude con frecuencia a sus habitaciones porque pasan mucho tiempo en ellas, explica a EFE la jefa de La Noria, Resurrección Hernández, que precisa que han recopilado juguetes -juegos de mesa como un parchís o puzle y pelotas- para contribuir a paliar el miedo de los niños.

Proceden del oeste de Ucrania y han llegado en un autobús, son dos madres entre 35 y 40 años, una de ellas con dos hijas jóvenes y la otra con dos niños, previamente también acudió a este centro una joven madre con su hijo, con origen en esa misma área del país ucraniano.

Pedro Blasco, economista voluntario que presta apoyo a los refugiados, ha asegurado a EFE que tienen tensión interior y su mente en otro sitio, se muestran esquivos y cuando les preguntan qué quieren comer, les dicen que no tienen hambre y optan por descansar.

Él -que habla ruso y un poco de ucraniano- intenta ayudarles con varias necesidades como la documentación, ya que tiene experiencia en trabajar contra la exclusión social y por la juventud como técnico de proyectos de la asociación Libero, que cuenta con un espacio denominado "Rancho Limón", en Cártama (Málaga), donde se esfuerza en el empoderamiento juvenil.

En La Noria es precisamente donde se espera la llegada -en la tarde o noche de este lunes- del autobús de 47 plazas fletado por el empresario malagueño Vicente Jiménez para trasladar ciudadanos ucranianos desde los campamentos de refugiados de Cracovia (Polonia) hasta Málaga capital y que lleva dos días de viaje.

El grupo ha pasado la noche en un hostal en Francia, también pagado por el empresario, un coleccionista de arte fenicio que tiene un hijo ucraniano.

Se desconoce por el momento el destino final de estos refugiados, si serán recogidos por familiares o se acomodarán en hostales.

Representantes de la Junta de Andalucía, la Diputación de Málaga y el Ayuntamiento malagueño se reunieron el pasado viernes con la cónsul de Ucrania en Málaga, Svitlana Kramarenko, Cruz Roja y la Asociación Maydan de ucranianos residentes en la Costa del Sol para coordinar la ayuda a los ciudadanos de Ucrania. EFE

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