Moscú, 10 ene (EFE).- Los ministros de Exteriores de Rusia y de China, Serguéi Lavrov y Wang Yi, abordaron hoy la situación en Kazajistán, donde la semana pasada hubo violentas protestas que fueron reprimidas por las fuerzas kazajas en una operación "antiterrorista", y confiaron en la vuelta a la calma en ese país.

Los dos expresaron en una conversación telefónica su confianza en que la paz y la tranquilidad volverán a Kazajistán", señaló el Ministerio ruso de Exteriores.

Kazajistán mantiene profundos lazos políticos y económicos con Rusia y China, países con los que comparte una frontera de casi 7.600 kilómetros en el primer caso y de casi 1.800 en el segundo.

En las protestas, que se desataron el pasado día 2 inicialmente por el alza del precio del gas licuado y devinieron en disturbios, murieron decenas de personas -164 según los últimos datos oficiales-, más 2.000 resultaron heridas y casi 8.000 fueron detenidas.

Nursultán afirma que se trata de terroristas instigados desde el exterior, argumento que tanto Rusia como China apoyan.

"Los ministros fueron unánimes al evaluar los acontecimientos en Kazajistán, destacaron su preocupación por la intervención de fuerzas externas, incluida la participación de mercenarios extranjeros en ataques contra civiles y agentes del orden, el asalto y la toma de instituciones estatales y de otros bienes", indicó el Ministerio ruso de Exteriores.

Rusia y China respaldan así las "acciones decisivas" del presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev para hacer frente a "la amenaza que enfrentaba el país", que incluye el despliegue en Kazajistán de más de 2.000 soldados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar postsoviética liderada por Rusia. EFE

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