Kabul, 10 ene (EFE).- Los talibanes anunciaron este lunes que desplegarán una unidad especial de 30.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas para reanudar las obras del gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India (TAPI), suspendidas por la falta de seguridad tras la toma del poder por los fundamentalistas en agosto.

"El plan es desplegar una unidad de seguridad de 30.000 miembros para la seguridad del proyecto TAPI. Estarán brindando seguridad a lo largo de la ruta del proyecto en todas las provincias por donde se está construyendo el gasoducto", indicó a Efe el portavoz del Gobierno de los talibanes, Bilal Karimi.

El portavoz agregó que ya han comenzado a trabajar en el borrador de este plan, que será el primero bajo su mandato en extender un número tan elevado de efectivos para garantizar la seguridad de un proyecto de desarrollo para el país asiático.

Esta unidad especial se encargará de proteger aquellos puntos donde se estén llevando a cabo trabajos de construcción, infraestructura e instalaciones relacionadas con este megaproyecto, que penetra en Afganistán por la provincia occidental de Herat, en la frontera con Turkmenistán; y atraviesa el país hasta conectar con el vecino Pakistán por la meridional Kandahar.

El portavoz talibán agregó que los tres órganos de seguridad del Gobierno, incluidos el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Interior y el Directorio de Inteligencia, harán todo lo posible para garantizar la seguridad en las obras a los países involucrados en este proyecto.

"Los tres órganos trabajarán en estrecha coordinación y el Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenomina el Gobierno talibán) se compromete a hacer todos los esfuerzos para garantizar a los países involucrados la seguridad del proyecto TAPI", aseguró.

Las obras de este macroproyecto permanecen suspendidas hasta nuevo aviso debido a la falta de seguridad generada en Afganistán tras la caída de Kabul en manos de los islamistas el pasado 15 de agosto.

El Gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India nació en 2015 por iniciativa de Turkmenistán con el objetivo de llevar gas desde sus yacimientos de Galkinish hasta la India para 2019, una fecha que se ha ido retrasando progresivamente.

Según las previsiones iniciales, el proyecto costará unos 7.500 millones de dólares y permitirá bombear hasta la frontera india 33.000 millones de metros cúbicos de gas anuales. EFE

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