“No hay amor más sincero que el amor por el prójimo”, reza un antiguo proverbio que Cantabria encarna al recibir con cariño a 75 niños saharauis, ofreciendo un respiro de las duras condiciones de los campamentos de refugiados en el desierto de Tinduf, Argelia.

El programa ‘Vacaciones en Paz’, una iniciativa humanitaria y solidaria, trae cada verano a miles de niños saharauis a España. Coordinado por el Ministerio de Juventud de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), las Delegaciones territoriales del Frente Polisario y diversas organizaciones de solidaridad, el programa se implementa en Cantabria gracias a la labor de Cantabria por el Sáhara y Alouda Cantabria.

Este año, más de 2.900 menores saharauis participan en el programa a nivel nacional, con 75 de ellos acogidos en Cantabria. Los niños llegaron en vuelos desde Tinduf al aeropuerto de Loiu (Vizcaya), siendo recibidos por miembros de las organizaciones locales. La logística coordinada asegura su traslado desde el aeropuerto hasta sus lugares de acogida en Santander y Heras, en el municipio de Medio Cudeyo.

Dentro de Cantabria, el Centro Integrado de Formación Profesional La Granja en Heras juega un papel crucial al acoger a 14 menores con distintos grados de discapacidad. Cedida por la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria, esta institución se transforma en un espacio seguro y acogedor, ofreciendo actividades adaptadas, supervisadas por profesionales voluntarios. Además, los niños disfrutan de equinoterapia y exploran las instalaciones agropecuarias del centro, como huertas, invernaderos y estabulaciones de animales.

El consejero de Universidades, Sergio Silva, destacó durante su visita al CIFP La Granja el compromiso del Gobierno de Cantabria con este programa, subrayando la importancia de la solidaridad y el apoyo en la construcción de un mundo más justo. Silva, agradecido por la labor de las asociaciones y familias de acogida, reafirmó el compromiso de la región con la causa saharaui, enfatizando que “el verdadero valor de una sociedad se mide por cómo trata a sus más vulnerables”.

Este intercambio cultural y humano no solo beneficia a los niños saharauis, sino que también sensibiliza a la comunidad cántabra sobre las condiciones de vida en los campamentos de refugiados, promoviendo la solidaridad y el entendimiento mutuo. La colaboración financiera y logística de diversas entidades, como la Dirección General de Cooperación del Gobierno de Cantabria, la Fundación Cantabria Coopera y los ayuntamientos de Santander, Medio Cudeyo y Marina de Cudeyo, es fundamental para el éxito del programa.

Las familias de acogida desempeñan un papel esencial, abriendo sus hogares y corazones para recibir a los niños saharauis, proporcionando un entorno familiar y cálido durante su estancia. Estas experiencias de vida cotidiana en Cantabria enriquecen tanto a los niños como a sus anfitriones, creando memorias duraderas y lazos afectivos que perduran mucho después de su regreso a los campamentos de refugiados.

El impacto del programa ‘Vacaciones en Paz’ va más allá del verano. Las experiencias vividas sensibilizan a la comunidad y fortalecen el compromiso con la causa saharaui a nivel local e internacional. Desde el punto de vista educativo, el programa mejora la sensibilidad intercultural entre los estudiantes cántabros, promoviendo el respeto y la tolerancia.

En resumen, el programa ‘Vacaciones en Paz’ en Cantabria no solo ofrece un respiro veraniego a los niños saharauis, sino que también fortalece los lazos humanos, culturales y solidarios entre Cantabria y el pueblo saharaui. Este compromiso mutuo, que trasciende fronteras geográficas y políticas, es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede transformar vidas y construir puentes de esperanza y dignidad para los más vulnerables.