En un alarde de inconsistencia jurídica y manipulación histórica, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha presentado una denuncia contra el Gobierno de Castilla y León, acusándolo de prevaricación por la declaración de la Pirámide de los Italianos como Bien de Interés Cultural (BIC). Este monumento, ubicado en el Puerto del Escudo, ha sido erróneamente etiquetado por la ARMH como "fascista", ignorando su valor arquitectónico e histórico.

El Gobierno de la Junta de Castilla y León, liderado por PP y Vox, aprobó la protección de esta construcción singular en febrero, reconociendo su importancia en el patrimonio cultural. La pirámide, erigida entre 1938 y 1939, no es un símbolo de exaltación fascista, sino un mausoleo funerario que honra a los soldados italianos caídos, reflejando una parte integral de la historia de la Guerra Civil Española.

La ARMH, encabezada por Emilio Silva, argumenta que la protección de la pirámide viola la Ley de Memoria Democrática. Sin embargo, esta afirmación carece de fundamento, ya que la ley misma contempla excepciones para edificios con valores arquitectónicos e históricos. La declaración de BIC no implica una glorificación del fascismo, sino la preservación de un patrimonio que forma parte de nuestra memoria colectiva.

El consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta, Gonzalo Santonja, ha defendido la decisión, subrayando que el expediente de BIC fue iniciado por un particular y no responde a intereses políticos. Esta protección es una medida administrativa que garantiza la conservación y el estudio de un monumento histórico, alineada con la Ley de Patrimonio de Castilla y León.

El alcalde del Valle de Valdebezana, Juan Carlos Díaz, donde se encuentra la pirámide, ha calificado cualquier intento de derribo como "un despropósito y una barbaridad". Díaz destaca que la pirámide es el elemento más visitado de la zona, atrayendo a numerosos turistas y contribuyendo a la economía local, especialmente en una región azotada por la despoblación.

En lugar de ser un monumento de exaltación fascista, la Pirámide de los Italianos es un recordatorio sobrio de la tragedia de la guerra y una oportunidad para educar sobre los complejos episodios de nuestra historia. La decisión de protegerla como BIC asegura que futuras generaciones puedan conocer y reflexionar sobre este capítulo, evitando que el revisionismo histórico manipule el relato de nuestro pasado.

El Gobierno de Castilla y León ha actuado conforme a la ley y con transparencia, demostrando que la protección del patrimonio histórico no debe ser rehén de interpretaciones sesgadas y denuncias infundadas. La ARMH, al insistir en su postura, ignora los verdaderos objetivos de una memoria histórica integral y educativa.