En un sorprendente vuelco electoral, el Partido Popular (PP) ha logrado sustraer un escaño crítico al Partido Socialista de Cataluña (PSC), poniendo en jaque la formación de un gobierno tripartito liderado por Salvador Illa. Con más del 85% de los votos escrutados, los resultados preliminares indican que el esperado tripartito entre el PSC, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y los Comunes no alcanzaría la mayoría absoluta necesaria para gobernar sin contratiempos.

Los colegios electorales cerraron sus puertas en las elecciones catalanas del 12 de mayo tras rechazarse las propuestas de ampliación del horario de votación por las Juntas Electorales provinciales. Estas propuestas, presentadas por ERC y Junts, argumentaban que los problemas en el sistema de trenes Rodalies habían impactado negativamente la participación electoral en la región.

A las 18:00, la participación electoral se situaba en un 45.8%, una cifra similar a la registrada en las elecciones de 2021, marcadas por restricciones debido a la pandemia de covid-19. Sin embargo, el desarrollo del escrutinio ha revelado un panorama electoral mucho más fragmentado de lo anticipado.

Con el 87.55% de los votos contados, el PSC lidera con 41 escaños y un 28.19% de los votos, mientras que Junts sigue de cerca con 36 diputados. ERC se mantiene con 20 escaños, una cifra que les distancia significativamente del poder sin la ayuda de otras formaciones. El PP, por su parte, ha experimentado un crecimiento notable, asegurando 15 escaños gracias a un robo de escaño clave al PSC que ha modificado el equilibrio de fuerzas preconcebido.

Este escenario complica considerablemente la formación de un gobierno estable en Cataluña, ya que la pérdida de un escaño por parte del PSC reduce las posibilidades de alcanzar una mayoría sólida con sus potenciales aliados de ERC y los Comunes. Además, Vox y la CUP se posicionan como actores no menorizables, con 11 y 4 escaños respectivamente, mientras que Aliança Catalana hace su debut en el Parlament con 2 escaños.

La ausencia de Ciudadanos, que queda fuera del Parlament, marca otro punto de inflexión en estas elecciones, evidenciando un reajuste en las preferencias del electorado catalán. La incertidumbre sobre la formación del próximo gobierno catalán continúa, y los ojos están puestos en los movimientos políticos y las alianzas que Salvador Illa podría explorar para asegurar la presidencia de la Generalitat en un ambiente político cada vez más polarizado y competitivo.