Fallece Antonio San Miguel
El ciclista, ganador de la primera subida a La Atalaya, organizador y expresidente de la federación cántabra se había convertido el pasado mes de mayo en centenario
El ciclismo cántabro está de luto. Se nos ha ido un ilustre: Antonio San Miguel Llata, que el pasado mes de mayo cumplió 100 años.
Nuestro buen amigo Ángel Ruiz nos daba la noticia a primera hora de la tarde. Nos embargaba la tristeza, pero lo cierto es que San Miguel ha tenido una vida plena y longeva, siempre rodeado de las bicicletas, que eran su pasión.
Fue ciclista, habiendo muy buenas carreras entre los años 1936 y 1940, teniendo el honor de haber sido el ganador de la primera Subida a la Atalaya (24 de abril de 1938), cuya salida dio el ilustre Vicente Trueba. Antonio logró el triunfo con un tiempo de 1.56, aventajando a Francisco Aresti (2.00), quedando más distanciados Fernando Fernández, Virgilio Cruz, José Rodríguez, Cesáreo Martínez y Daniel Llata.
También fue organizador de grandes eventos, activo colaborador de la Vuelta a Cantabria, entre otras citas; y director deportivo, siendo el impulsor y promotor de José Pérez Francés.
Su pasión por el ciclismo también le llevó a ocuparse de las labores federativas, siendo directivo y posteriormente presidente de la Federación Cántabra de Ciclismo en periodo 1979-1981.
Decíamos que su vida transcurrió entre ruedas y nunca mejor dicho, porque profesionalmente regentó una tienda de bicicletas y juguetes, que fundó en el año 1960, junto a su esposa María Luz Fernández Arenal, de la que desde 1971, hasta su jubilación se hizo cargo su hijo Antonio. Anteriormente, Antonio San Miguel Llata tuvo un garaje dedicado a reparar y pintar bicis.
En todos sus establecimientos y allá donde se encontrara San Miguel se hablaba de ciclismo, del de antes y del de ahora -era habitual verle durante muchos años en las carreras y en numerosos eventos sociales, como la reunión anual del ciclismo cántabro, que organiza la familia Teja y de la que también fue protagonista-.
Su carácter afable -le recuerdo siempre con una sonrisa y una palabra cariñosa- y su longevidad le permitió ‘acumular’ amigos que hoy lloran su pérdida -con otros muchos ya se habrá reencontrado-.
El funeral por el eterno descanso de Antonio San Miguel Llata será hoy, a las cuatro y media de la tarde, en la Iglesia Parroquial de San Román de La Llanilla.