Cómo se vestían y cómo nos vistieron es el sugerente título de la ponencia que el historiador del Arte y gestor de Patrimonio Cultural Inmaterial, César Valle Perulero, ha impartido en el seminario Folklore: investigación etnográfica, transmisión y puesta en escena que se desarrolla esta semana en la sede de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) en Torrelavega. Valle Perulero ha analizado las diferencias entre los conceptos indumentaria tradicional y traje regional «que están interrelacionados y se retroalimentan en la sociedad actual, pero cuyas diferencias, de una manera más genérica, no quedan claros».

Así, en esta dicotomía, la indumentaria tradicional fue aquella que, desde la segunda mitad del XIX al primer tercio del XX, tuvo una función, simbología y respondía a unas necesidades de cada comunidad en un momento determinado. «No es lo mismo la ropa que se utilizaba para el trabajo diario y la que se usaba en momentos importantes como una boda, pero en esa indumentaria tradicional todo tenía un orden y una simbología», detalla el historiador.

Indumentarias muchas veces que se fueron simplificando y adaptando para, por ejemplo, subir a un escenario a bailar. Fue entonces cuando se convirtieron en otra cosa, en trajes regionales, «que tienen otras características como es la uniformidad, y que nos hace creer que todo el mundo vestía así».

En este proceso de evolución, y entendiendo la indumentaria como un conjunto de prendas y aderezos que crean un todo visual, estético e identificativo, «lo que más se ha maltratado ha sido el peinado y el calzado, que se han ido descuidando muchísimo, e incluso la parte interior de los trajes, olvidándose las prendas interiores que marcaban la forma estética de las prendas exteriores», asegura Valle Perulero.

Un camino «en el que se han perdido muchas prendas, aunque se han mantenido otras icónicas como los tradicionales refajos, que forman parte del identitario colectivo de todas las comarcas de España, y que se han mantenido hasta la actualidad», añade.

CONSERVAR INDUMENTARIAS. En la conservación de las indumentarias este historiador del Arte y gestor de Patrimonio Cultural Inmaterial, destaca el arraigo de ciertas comarcas que, a modo de «oasis» han mantenido su indumentaria «de forma celosa, dándole el valor patrimonial». Y como ejemplos cita las indumentarias icónicas de Monte Hermoso (Cáceres), de Lagartera en el occidente toledano, de La Alberca en Salamanca, las indumentarias de la isla de Ibiza, o las rituales que visten los danzantes de Cisneros en Palencia o las mayordomas en Huelva: «Hay pueblos y comarcas que por su idiosincrasia o tradiciones los han mantenido de una forma muy arraigada, mientras en otras han desaparecido para dejar paso al traje regional». César Valle Perulero ha sido uno de los encargados de abrir el curso Curso Folklore: investigación etnográfica, transmisión y puesta en escena, que dirige la presidenta de la Federación Cántabra de Agrupaciones de Folklore (FECAF), Carmen Olarreaga. Un monográfico que es todo un clásico en la programación académica estival de la UC en Torrelavega y en el que, a lo largo de tres días, se analizan las canciones y romances de Liébana, las marzas y los cantos petitorios, las tradiciones religiosas del monasterio de Santo Toribio o La Folía, y que concluirá el viernes con una master class ‘En clave folk’ del músico y folklorista Luis Antonio Pedraza de Castro.