El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha informado este lunes que el Consejo de Ministros aprobará este martes un plan de acción para la democracia con el objetivo de enfrentar a los medios críticos, los bulos y la desinformación. El anuncio fue realizado durante una reunión con los grupos parlamentarios del PSOE en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo.

Sánchez afirmó que el plan está dirigido a proteger a la ciudadanía de la influencia de los "pseudomedios" que, según él, se dedican a difundir informaciones falsas y manipular la opinión pública, erosionando la confianza en las instituciones democráticas. Aunque aún no se han dado detalles completos, el presidente destacó que la lucha contra la desinformación es crucial para preservar la democracia en el actual contexto mediático.

La noticia ha generado preocupación entre ciertos sectores, que ven en una posible amenaza a la libertad de prensa y una forma de controlar a los medios críticos al Gobierno. Algunos opositores ya han expresado su inquietud, argumentando que el plan podría ser utilizado como una herramienta para silenciar voces disidentes y restringir el pluralismo informativo.

Por su parte, Sánchez defendió que el plan de acción es necesario para frenar la propagación de bulos que, según él, han dañado la convivencia y la estabilidad política. "No podemos permitir que la desinformación y las noticias falsas sigan contaminando el debate público y minando la confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones", declaró el presidente durante la reunión.

El anuncio llega en un momento en que el Gobierno ha sido objeto de críticas por parte de varios medios de comunicación y sectores de la oposición, que acusan a Sánchez de intentar controlar la narrativa mediática. Figuras del Partido Popular y Vox han manifestado su rechazo a lo que consideran un ataque directo contra la libertad de prensa, mientras que otros analistas ven el plan como un esfuerzo legítimo para regular el ecosistema informativo en tiempos de polarización.

La aprobación de este plan abrirá un nuevo capítulo en la relación entre el Gobierno y los medios de comunicación, especialmente aquellos que han sido críticos con la gestión del Ejecutivo. Mientras tanto, el debate sobre los límites entre la lucha contra la desinformación y la protección de los derechos fundamentales, como la libertad de expresión, continuará siendo un tema central en la discusión pública.