El fin de semana reciente estuvo marcado por un episodio de alta tensión en la frontera de Ceuta, tras la movilización de un gran número de personas que intentaron cruzar desde Marruecos hacia territorio español. La movilización, que tuvo lugar entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, fue incentivada por un llamamiento a través de redes sociales, el cual instaba a la población del lado marroquí a concentrarse en la frontera y avanzar con el objetivo de ingresar a España. Este intento masivo de cruce generó una alerta máxima entre las autoridades tanto marroquíes como españolas, que desplegaron importantes dispositivos de seguridad.

El llamamiento, según indican fuentes oficiales, fijaba como fecha clave el 15 de septiembre y algunas comunicaciones incluso hacían referencia a la idea de "liberar Ceuta", apelando a la frustración acumulada por los repetidos intentos fallidos de cruzar la frontera debido a la intensa vigilancia. Estas acciones se produjeron en el contexto de una vigilancia constante en las fronteras del sur de Europa, en particular en Ceuta y Melilla, ciudades autónomas españolas situadas en el norte de África, que junto a la ruta atlántica hacia las Islas Canarias, son puntos estratégicos en las rutas migratorias hacia Europa.

Durante este episodio, las autoridades marroquíes decidieron cerrar de manera intermitente su lado de la frontera como una medida para evitar el desorden y prevenir posibles incursiones en territorio español. Según una declaración de la Delegación del Gobierno en Ceuta, este cierre fue parte de un operativo más amplio de contención, que incluyó el despliegue masivo de agentes de seguridad en la región norte de Marruecos. El objetivo principal era detener a las miles de personas que se acercaban a la frontera, particularmente en las inmediaciones del paso fronterizo de Bab Sebta y del Tarajal, en el lado español.

A pesar del cierre temporal de la frontera, algunas personas lograron evadir los controles y acercarse al perímetro fronterizo. Hacia las 11:00 horas del domingo, un grupo de aproximadamente 400 individuos alcanzó la valla fronteriza, lo que obligó a las fuerzas marroquíes a utilizar material antidisturbios para dispersar a la multitud. El uso de gases lacrimógenos y otras herramientas de control fue necesario para impedir que los migrantes avanzaran, lo que permitió contener la situación y evitar un cruce masivo.

La noche del sábado fue especialmente compleja en las localidades cercanas a la frontera, como Castillejos. Numerosos grupos de jóvenes provenientes del sur de Marruecos lograron esquivar los controles policiales y avanzar hacia la frontera utilizando rutas montañosas. Estos intentos generaron enfrentamientos entre los migrantes y las fuerzas de seguridad, en los que se registraron apedreamientos y múltiples detenciones. Mientras tanto, en Ceuta, la Guardia Civil reforzó su vigilancia en las zonas más vulnerables del perímetro fronterizo, como el área de Finca Berrocal, y desplegó patrullas adicionales apoyadas por sistemas de cámaras térmicas desde el Centro Operativo de Servicio (COS) del Tarajal.

Este operativo, tanto en el lado marroquí como en el español, buscaba prevenir un incidente de magnitud similar al ocurrido en mayo de 2021, cuando más de 12.000 personas lograron cruzar a Ceuta en lo que fue uno de los episodios migratorios más significativos en una frontera española. En esta ocasión, Marruecos movilizó a todos los cuerpos de seguridad disponiblesb desplegando miles de agentes que tomaron control de la zona para impedir cualquier nuevo intento de cruce masivo.

Las fuerzas de seguridad españolas, por su parte, permanecen en alerta máxima, con un despliegue que incluye refuerzos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) y del Servicio Marítimo, que ha desplazado una patrullera de altura para asegurar los espigones fronterizos. Desde la Delegación del Gobierno en Ceuta, se ha instado a la ciudadanía a mantener la calma y no dejarse influir por los rumores que circulan en redes sociales. En su declaración, las autoridades hacen un llamamiento a confiar únicamente en los canales oficiales y en los medios de comunicación locales para obtener información veraz.

Este incidente pone de relieve, una vez más, la presión migratoria constante sobre las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, así como sobre otras rutas migratorias como la atlántica hacia las Islas Canarias, que se han convertido en puntos neurálgicos en el tránsito de migrantes africanos hacia Europa.