Bajo el cielo madrileño, una marea de ciudadanos se congregó frente a la sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la calle Ferraz, expresando su enérgico rechazo a los pactos de Pedro Sánchez con fuerzas separatistas para asegurarse la investidura. Lo que comenzó como una convocatoria espontánea a través de las redes sociales se transformó en un coro estridente de descontento, con consignas como "¡Sánchez traidor!", "Puigdemont, a prisión" y "golpistas, a prisión" resonando en el aire.

La tensión alcanzó su punto álgido cuando la Policía, actuando a petición del PSOE, bloqueó el acceso a varios manifestantes, rodeando la zona con vallas para salvaguardar la sede socialista. Este enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas del orden se convirtió en un reflejo gráfico de las divisiones políticas y sociales que actualmente sacuden a España.

Esta protesta, respaldada por diversas organizaciones de la sociedad civil, se difundió como pólvora a través de las plataformas digitales en cuestión de horas. El lema predominante, "No en mi nombre", se erigió como un grito colectivo de desaprobación hacia el acuerdo entre el PSOE y los sectores secesionistas, reflejando el malestar de numerosos ciudadanos ante lo que perciben como una traición a los principios fundamentales.

El descontento se alimenta de las recientes negociaciones de Pedro Sánchez para asegurar su investidura, especialmente después de que se conociera el acuerdo con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para una ley de amnistía. Este pacto, que incluye aspectos como el traspaso de competencias sobre Cercanías a la Generalitat y la condonación de 15.000 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) para mejorar la financiación catalana, ha avivado las llamas de la discordia.

Mientras el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, sellaba el pacto con Oriol Junqueras de ERC, se intensificaban las tensiones con Junts per Catalunya. Las desavenencias sobre la magnitud y la redacción de la amnistía, junto con las diferencias en la exposición de motivos, generaron un ambiente enrarecido entre el PSOE y Junts, poniendo en duda la posibilidad de un acuerdo y la celebración de un pleno de investidura la próxima semana.

En medio de esta tormenta política, el pueblo español se manifiesta, dejando claro que las decisiones tomadas en los pasillos del poder no son reflejo de su voluntad.