En un duelo cargado de intensidad y emoción, la selección española masculina de balonmano vio cómo sus sueños de alcanzar la final olímpica se desvanecían en los últimos segundos de una semifinal agónica ante Alemania, que terminó con un marcador de 25-24 en favor del conjunto germano en los Juegos de París 2024.

Los de Jordi Ribera se enfrentaban a una prueba de fuego, conscientes de que tenían la oportunidad histórica de disputar la primera final olímpica en la historia del balonmano español. Desde el inicio, quedó claro que el partido sería un auténtico pulso entre dos equipos que no estaban dispuestos a ceder terreno fácilmente.

España comenzó con dificultades, viéndose rápidamente superada por una Alemania bien organizada y con un Andreas Wolff inspirado bajo los palos. Wolff, con una actuación sobresaliente, detuvo 22 lanzamientos españoles, frustrando una y otra vez los intentos de los 'Hispanos' de romper la defensa germana. Pese a un inicio titubeante, los de Ribera lograron mantener el tipo, y con un empate a 12 al final del primer tiempo, las esperanzas de España seguían intactas.

En la segunda mitad, España intentó tomar el control, pero se encontró con la falta de contundencia en los momentos clave, un problema que ya había afectado al equipo en la fase de grupos, precisamente contra Alemania. La defensa española, liderada por Gonzalo Pérez de Vargas, mantuvo al equipo en el partido, pero el ataque, a pesar de las buenas intervenciones de Agustín Casado y Aleix Gómez, no logró rematar cuando más lo necesitaban.

El momento crucial llegó cuando, con el marcador 23-24 a favor de España, los 'Hispanos' tuvieron la oportunidad de sentenciar. Sin embargo, Wolff volvió a erigirse como un gigante en la portería alemana, deteniendo los últimos embates españoles y permitiendo que Renars Uscins, con una actuación también destacada, pusiera a Alemania de nuevo en ventaja.

La desazón se apoderó de los españoles cuando el pitido final dejó en evidencia que la histórica final olímpica tendría que esperar. Ahora, España deberá reponerse del golpe y centrar sus energías en la lucha por el bronce olímpico, un metal que, aunque no es el soñado, podría significar la 19ª medalla olímpica en la historia del balonmano español. El rival en esa pelea será Eslovenia, que también cayó por un estrecho margen ante Dinamarca (30-31) en la otra semifinal.

El amargo sabor de la derrota no debe empañar el esfuerzo titánico que los 'Hispanos' han demostrado en estos Juegos. El camino hasta aquí ha sido de superación, desde la fase de grupos hasta los cuartos de final, donde el equipo supo sobreponerse a sus dificultades y mostrar la resiliencia que los ha caracterizado en los últimos años.

Jordi Ribera y su equipo deberán recuperarse rápidamente para el partido por el bronce, que se jugará el domingo a las 9:00 contra una Eslovenia que, al igual que España, ha demostrado ser un rival difícil y que buscará con igual determinación subirse al podio olímpico.

La derrota ante Alemania, un equipo que ha mostrado un crecimiento constante a lo largo del torneo, es un recordatorio de que en el deporte, cada detalle cuenta. Los 'Hispanos' estuvieron a un paso de la gloria, pero tendrán que conformarse, por ahora, con luchar por un lugar en el podio. A pesar de la desilusión, el orgullo por lo conseguido hasta ahora es innegable, y la historia todavía tiene un capítulo más por escribirse para el balonmano español en París 2024.