El Circuito de Spa-Francorchamps acoge este fin de semana el Gran Premio de Bélgica, decimocuarta prueba del Mundial de Fórmula 1, que llega al clásico trazado con la mayor igualdad de la última década, tras el crecimiento exponencial de unos McLaren sin techo y el bajón de Red Bull en el último mes, perdiendo su clara superioridad, mientras que Carlos Sainz (Ferrari) sigue deshojando la margarita y Fernando Alonso espera el renacer urgente de Aston Martin.

El Mundial de F1 vivirá en Spa su último fin de semana antes del parón veraniego, y lo hace con la lucha por el título más candente que nunca. Y es que la competitividad de la que tanto adolecía la categoría en los últimos años parece haber regresado este curso --no había siete ganadores diferentes desde 2012--, por la progresión indudable unos McLaren que 'huelen la sangre', que amenaza ya a unos Red Bull inmersos en una preocupante 'crisis'.

En Hungría, el pasado domingo, el neerlandés Max Verstappen solo pudo ser quinto, ya sin el coche más rápido e, incluso, con fallos en la estrategia que le condenaron fuera del podio. Tampoco está demasiado ayudado por su compañero, el mexicano Sergio Pérez, que enlaza ocho Grandes Premios sin subirse al podio, con dos abandonos, lejos del nivel esperado y poniendo en peligro incluso el título de Constructores.

También fue agridulce el GP en Hungaroring para el británico Lando Norris, que acabó segundo al ceder su posición a su compañero, el australiano Oscar Piastri --logró su primer triunfo--, obligado a cumplir órdenes de equipo, después de que su ingeniero por radio no parase de insistir en las últimas 25 vueltas en el trazado húngaro. Tras ese pequeño mordisco, el candidato 'papaya' al título se sitúa a 76 puntos del tricampeón del mundo, y quiere asestar un nuevo golpe en Spa para continuar con el asalto al Mundial.

Y podría tenerlo muy de cara para realizar un fuerte recorte de la distancia, ya que el neerlandés, que acumula tres semanas sin ganar --no ocurría desde 2021-- y muestra evidentes nervios cuando sus carreras no son paseos, empezaría con una fuerte desventaja por una previsible penalización de diez puestos en parrilla por montar el quinto motor.

Aunque nunca hay que subestimar a 'Mad Max', ya que Spa, el circuito más largo del Mundial con poco más de 7 kilómetros y solo 44 vueltas en carrera, es uno de sus trazados favoritos, donde ha celebrado la victoria en los últimos tres años. Un favoritismo que deberá refrendar en una pista donde la velocidad punta es clave, por lo que podría ser favorable para Ferrari --el equipo con más victorias a lo largo de la historia en este trazado con 18--.

Los italianos han perdido el segundo lugar en el Mundial de Constructores en favor a unos McLaren que tienen ahora el reto de rendir también en este tipo de circuitos. El 'Cavallino Rampante' repite en deberes y tendrá la misión de erigirse como tercera potencia y superar a los crecientes Mercedes, ya peleando por ser el segundo coche y que vencieron en Austria (George Russell) y Gran Bretaña (Lewis Hamilton).

Sainz, que sigue sin anunciar su equipo para 2025, ya siente cerca a Piastri, quinto, en la clasificación, a solo cinco unidades y amenazando también al monegasco Charles Leclerc, que cierra el 'top 3' y ya ganó en Spa en 2019. El madrileño vuelve a un circuito en el que se subió al podio en 2022, pero el año pasado sufrió un doloroso abandono.

Por detrás, Aston Martin, el quinto coche en Hungría, sigue domando las evoluciones y construyendo su mejoría, intentando no dar demasiados pasos atrás. Alonso no puntuó en Hungaroring por quinta vez en las últimas siete carreras, y ahora llega a un circuito en el que suma tres podios. Este fin de semana es una gran oportunidad para el resurgir del asturiano en el Mundial, ya que se prevén precipitaciones para el viernes y el sábado, en un trazado clásico que exigirá la máxima habilidad de los pilotos y muy favorable a los adelantamientos.