En un movimiento que marca un cambio significativo en la gestión de información humanitaria, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha anunciado que dejará de utilizar los datos previamente suministrados por la oficina de prensa del gobierno de Gaza. A partir del 8 de mayo, OCHA ha decidido basarse exclusivamente en las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Salud de Gaza, reconocidas por ser más confiables y coherentes.

Esta decisión surge tras numerosas encuestas que revelaron la inconsistencia de las cifras reportadas por la oficina de prensa del gobierno. La OCHA ha optado por esta medida para asegurar una transparencia y precisión mayor en sus informes, especialmente en un contexto tan sensible como el de Gaza.

Contrario a lo que sugieren diversos comentarios y análisis en medios y redes sociales, esta modificación no implica una revisión a la baja del número total de víctimas. Según los datos más recientes, el número estimado de muertos desde el 7 de octubre se mantiene cerca de 35.000, sin contar las personas que aún permanecen bajo los escombros. No obstante, la ONU ha destacado que sólo algunas de las víctimas —menos de 25.000 de las 35.000 reportadas— tienen una identidad plenamente verificada.

Además, la OCHA ha introducido un cambio en la presentación de los datos, especificando la distribución de las víctimas por categorías como niño, mujer, hombre y ahora anciano, pero únicamente para las víctimas identificadas. Este cambio ha alterado significativamente la estructura demográfica de los reportes de muertes.

En su último boletín sobre la situación en Gaza, la OCHA, utilizando datos del Ministerio de Salud, ha informado que de 24.686 víctimas identificadas, el 32% son niños, el 8% ancianos, el 20% mujeres adultas (no ancianas) y el 40% hombres adultos. Estos porcentajes reflejan una realidad compleja y subrayan la necesidad de información precisa para la adecuada respuesta humanitaria en la región.

Esta medida de la OCHA es vista como un paso adelante en la transparencia y responsabilidad en la gestión de crisis humanitarias, subrayando la importancia de basarse en datos sólidos y verificados para informar a la comunidad internacional y coordinar esfuerzos de ayuda eficazmente.