En una entrevista reciente con Le Figaro, líder de Agrupación Nacional, declaró que no buscará la dimisión del presidente Emmanuel Macron si su partido, En Marche!, sufre una previsible derrota en las próximas elecciones legislativas. Con un tono sereno pero firme, Le Pen expresó su respeto por las instituciones democráticas: "Yo no quiero el caos institucional".

La líder política francesa, conocida por su postura enérgica y nacionalista, mencionó que en caso de que su partido gane y Jordan Bardella sea nombrado primer ministro, "simplemente habrá una cohabitación". Esta situación, caracterizada por la presidencia de un partido y el primer ministerio de otro, ha sido tema de discusión dentro del panorama político francés.

Cuando se le cuestionó sobre quién consideraba su principal rival, si Macron o el Nuevo Frente Popular de Jean-Luc Mélenchon, Le Pen fue contundente: "Es evidente que la abominación para el país es la Nupes II", refiriéndose al islamo-izquierdismo que según ella representa este movimiento. En sus palabras, este grupo político promueve "casi abiertamente la desaparición de todas nuestras libertades".

"Es el islamo-izquierdismo el que aboga por el desarme físico y moral de la policía, y está por el derrocamiento de nuestra estructura constitucional y republicana", argumentó Le Pen, subrayando su preocupación por las libertades fundamentales y la seguridad pública en Francia.

Además, criticó la gestión de Macron, describiendo la situación actual del país como "en ruinas", donde "el conjunto de los servicios públicos han quedado destruidos". Le Pen destacó problemas como la inmigración descontrolada y la inseguridad, las cuales, según ella, han perturbado la paz civil en Francia.

En resumen, aunque reconoce la labor de las instituciones democráticas y se muestra dispuesta a colaborar en un escenario de cohabitación política, Marine Le Pen no titubea al identificar al islamo-izquierdismo como su principal adversario político, por encima incluso del actual presidente Macron.