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El Diario de Cantabria

Más difícil todavía

El Racing confirmó que Juergen sufre un edema óseo similar al que todavía está arrastrando Arturo Molina l Peque tampoco entrenó ayer por un problema muscular
Unai Medina, al menos, sí entrenó ayer con todos. / RRC
Unai Medina, al menos, sí entrenó ayer con todos. / RRC
Más difícil todavía

Tanto cuando uno pierde en la lotería como cuando uno sale a competir sabiendo que le va a tocar sufrir para mantener la categoría sólo pide que, por lo menos, le respete la salud. El Racing no pide que nadie le dé nada pero, al menos, que no le quiten y que las lesiones no le mermen todavía más. Sin embargo, no se puede decir que esté teniendo suerte en este sentido. De hecho, es posible que tenga que viajar a Leganés el próximo viernes con ocho bajas, la mayoría de ellas de futbolistas importantes para el técnico. Es algo que trastocaría cualquier plan y que condicionaría a cualquier entrenador, pero no hay tiempo para lamentaciones. Ya vendrán tiempos mejores. Ahora toca torear el temporal porque, de partida, toca tomar papel y lápiz y apuntar. Ahí va: Matheus, Sekou, Cedric, Mantilla, Unai Medina, Peque, Íñigo y Juergen.

En esa lista hay nombres nuevos e inesperados. Sobre todo, uno de ellos, que es el de Peque, que no saltó a entrenar ayer con sus compañeros. El equipo volvió al trabajo tras haber disfrutado el pasado lunes de una jornada de descanso y el menudo ariete catalán, al que le ha tocado ocupar la punta de ataque en los dos últimos encuentros debido a la acumulación de bajas en el puesto del ‘nueve’, no se vistió de corto. Se quedó bajo techo porque se ha sumado al listado de futbolistas verdiblancos con problemas musculares. En su caso, proceden de los isquiotibiales pero está a la espera de conocer si verdaderamente se ha producido una rotura o si todo queda en una sobrecarga, lo que incluso podría permitirle jugar el próximo sábado.

Quien es probable que no lo haga es Juergen. Es difícil saber cuándo podrá volver a jugar a pleno rendimiento porque, según informaron ayer los servicios médicos del club, sufre un «edema óseo en el escafoides del pie izquierdo». Mala cosa. Es una lesión muy similar a la que sufrió Arturo Molina en la primera jornada. Y hay que recordar que, tras la misma, el atacante murciano se perdió las cinco jornadas siguientes. Después volvió pero no lo ha hecho a pleno rendimiento porque no está para jugar los noventa minutos, sino un rato. Aún siente dolores y, por ejemplo, la semana pasada apenas se ejercitó con los compañeros para mantener cierto reposo. Es uno de los jugadores que está esperando con ganas el parón por la disputa de la Copa del Rey para tratar de dejar atrás, definitivamente, esas molestias que no le dejan disfrutar de su profesión.

Con la experiencia de su compañero, ahora es Juergen quien se ha metido en ese agujero. Un edema óseo no permite establecer plazo alguno de recuperación porque se trata de una lesión eminentemente dolorosa y todo pasa por conseguir que se detenga ese dolor. Eso pasa por reposar y, por lo tanto, por parar. Es todo un contratiempo para el entrenador verdiblanco.

El jugador colombiano es una pieza fundamental para Fernández Romo porque, de hecho, ha sido titular siempre que ha estado disponible. Sólo se ausentó del once el día que tuvo que cumplir un partido de sanción por la cartulina roja que vio en Valencia cuando iba camino de vestuarios. Comenzó jugando como media punta pero se ha asentado y verdaderamente se ha hecho fuerte actuando como medio centro. Ha formado pareja con Íñigo y ambos han dado forma a una sala de máquinas que, salvo sorpresa, se vendrá abajo en Leganés. Se trata de un partido que se antoja importante por tener delante a un teórico rival directo por la salvación y el conjunto cántabro lo va a tener que afrontar sin alguna de sus mejores cartas.

Juergen lo mismo podría jugar finalmente el sábado que no volver a hacerlo hasta diciembre. Y lo peor es que su más que probable ausencia en Butarque se sumará a la de Íñigo, que había aguantado con cuatro cartulinas amarillas varias semanas pero que vio la quinta el pasado domingo, prácticamente en la última jugada del partido. Tuvo que hacerla para impedir un contragolpe de la Ponferradina tras una pérdida de balón de Jorge Pombo. Al entrenador se le vio tremendamente molesto por el hecho de que el capitán hubiera tenido que ver dicha amonestación porque sabía lo que se le venía encima.

De este modo, es posible que el técnico madrileño disponga de Fausto Tienza y Aritz Aldasoro como únicos medio centros. Que no vaya a jugar el capitán ya se antoja una ausencia fundamental porque partido tras partido está siendo de lo mejor de los suyos. El equipo se va a tener que reinventar porque cambiar de golpe a su centro del campo da lugar a otra cosa que podrá ser mejor o peor, pero seguro que será diferente. En función de cómo vaya el encuentro, Fernández Romo también podría echar mano de Arturo Molina como medio centro, opción que utilizó en el envite contra el Zaragoza, cuando tocó ir a por el partido. Quien seguro que irá convocado será el meritorio Dani González, que lo ha hecho con asiduidad, y no sería descartable la presencia de Jete. No cabe duda de que el Rayo Cantabria será la víctima colateral de la plaga de bajas que sufre el primer equipo.

Lo que es posible que tenga que hacer Fernández Romo con vistas al envite de Leganés es inventarse a un delantero centro a no ser que decida apostar de partida por alguno de los dos meritorios del filial que han ido convocados en las últimas citas, que han sido el madrileño Jorge Delgado y el marroquí Ayoub. El pasado domingo, tras la salida del terreno de juego de Peque, que tampoco respondió a las expectativas, la apuesta del entrenador madrileño fue la de Alfon, que llevaba mucho tiempo sin pisar el verde. Es una situación que se puede alargar y que está condicionando al conjunto cántabro.

De los puntas, quien más cerca parece estar de reaparecer es Sekou, que ayer estuvo realizando trabajo específico a las órdenes del readaptador junto a Cedric. Más lejos parece Matheus, que se quedó en el interior del edificio multifuncional de las instalaciones Nando Yosu. La mejor noticia fue la presencia de Unai Medina al mismo ritmo del grupo. El de Basauri lleva en el dique seco desde un par de días antes de la visita a Tenerife y su retorno ya está cercano. Quizá no se produzca en Leganés pero a buen seguro que sí lo hará la próxima semana porque será una semana en la que se necesitarán efectivos, ya que de nuevo tocará afrontar tres partidos. Por eso es, otra vez, especialmente inoportuna esta acumulación de bajas. Ante esta situación, bastante tendrá el conjunto cántabro con salir vivo de esta fase del calendario aguardando a tiempos mejores para sacar una sonrisa. El entrenador madrileño ya mostró su confianza el domingo en sala de prensa en que la que situación será opuesta dentro de un mes. El equipo, si eso sucede, sin duda será otro.

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