Con la llegada del último día de febrero, Santander se prepara una vez más para ser testigo de una de sus tradiciones más arraigadas y queridas: el Día de Marzas. Celebrado con pasión y dedicación por el Coro Ronda Altamira desde 1981, este evento se ha convertido en un pilar de la identidad cultural de la región, simbolizando la transmisión de valores y conocimientos de generación en generación.

Este año, la cita está programada para las 18:30h en la puerta del Ayuntamiento, donde la alcaldesa Gema Igual Ortiz recibirá a los participantes en un acto que promete ser tan emotivo como significativo. La presencia de los niños marceros del Colegio Atalaya Santander añadirá una nota especial a la ceremonia, enlazando el pasado con el futuro a través de la inocencia y la esperanza de las nuevas generaciones.

El momento cumbre de la noche llegará con la presentación del Marcero Mayor 2024, el Doctor D. Jesús Artal Simón, cuya selección no solo reconoce su contribución al mundo de la música y el coro sino también su destacada trayectoria en el campo médico. La elección de Artal Simón subraya la importancia de la música no solo como expresión artística sino también como herramienta de bienestar y sanación.

En un gesto de generosidad y compromiso con la comunidad, el coro anuncia que el tradicional "buen dao" se transformará este año en una donación a Cáritas Diocesana de Santander, canalizando así el espíritu festivo hacia acciones concretas de apoyo a los más necesitados. Este acto de solidaridad se llevará a cabo en la Parroquia de la Bien Aparecida, reforzando el mensaje de que la cultura y la tradición también pueden ser vehículos de cambio social positivo.

La ruta de marzas continuará por puntos emblemáticos de la ciudad, como Lealtad, la Estación de Autobuses de Santander y la calle Burgos, llenando de música, historia y comunidad las calles de Santander. Esta celebración, declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Inmaterial por el Gobierno de Cantabria en 2015, no es solo un recordatorio de dónde venimos, sino también una inspiración para construir juntos un futuro mejor.

"BUEN DAO!" resuena no solo como un saludo marzero sino como un llamado a la comunidad a preservar y valorar nuestras raíces, demostrando que la tradición y la solidaridad pueden caminar de la mano hacia el mañana.