Fuentes policiales han confirmado hoy este suceso, ocurrido el pasado domingo, que está bajo investigación, pero no han facilitado detalles sobre los menores. 

Esta familia residente en Santander ha sufrido un fatal desenlace, estos hechos son más frecuentes de lo que parece. De hecho, los productos de limpieza que habitualmente se utilizan en los hogares (detergentes, lejías, friegasuelos...), así como ambientadores o incluso insecticidas, son la principal causa de intoxicación por ingesta no intencionada en menores de edad, sobremanera cuando se traspasa el líquido a botellas reutilizadas o sin etiquetar, lo que puede inducir al error, más aún si no tiene un olor desagradable y sí un color llamativo.

Por el momento, se desconocen las circunstancias en las que se ha producido este suceso -tampoco se ha concretado el producto responsable de la intoxicación, cuyas muestras se están analizando en un laboratorio específico de toxicología-, pero dada la corta edad de las víctimas todo apunta a que se trata de un fatal accidente. De momento se está investigando la composición del líquido que ingirieron y cómo sucedieron los hechos, según han señalado esas fuentes, que han explicado que el suceso está judicializado, sin que se puedan facilitar más datos.

El más pequeño de los hermanos, que también ha sufrido una reacción muy severa al tóxico, continúa hospitalizado en la UCI pediátrica de Valdecilla, donde permanece intubado y estable.

Síntomas de la indigestión en los niños y bebés 

Entre los principales síntomas de este malestar podemos destacar en los niños encontramos el dolor de estómago, la palidez, la regurgitación, el vómito, la emisión de eructos o flatulencias en mayor número de lo habitual, rechazo por la comida, o diarrea. En el caso de los bebés también el hipo reiterado puede ser un síntoma de que está padeciendo una indigestión. 

¿Qué hacer en caso de que nuestro hijo tenga una indigestión?

En caso de que tengamos las sospechas de que nuestro hijo está padeciendo una indigestión debemos intentar aliviar al niño masajeando la tripa en sentido rotatorio. No administrar alimentos sólidos, sí líquidos aunque a sorbitos pequeños, y si el niño no tiene apetito no insistir para que coma. 

En el caso de que los síntomas persistan debemos acudir al pediatra para que valore la dolencia del pequeño.