El Gobierno de España, bajo la dirección del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado un paso decisivo en su compromiso con la seguridad vial, anunciando la reducción de la tasa de alcohol permitida en sangre para los conductores. La nueva tasa, que se prevé que sea de 0,2 gramos por litro, supone un cambio significativo en las políticas de tráfico españolas y sitúa al país entre las naciones europeas con regulaciones más estrictas en este ámbito. Según Marlaska, "la sociedad española está madura para aceptar este cambio", lo que permitirá reducir significativamente la siniestralidad en las carreteras.

Un cambio necesario: respuesta a la violencia vial

Esta medida responde a una larga demanda de las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico, que llevan años denunciando los efectos devastadores del alcohol y otras drogas en los siniestros viales. Marlaska, en un desayuno informativo del Nueva Economía Fórum, subrayó la necesidad de esta reforma: "En más de la mitad de los siniestros aparece el alcohol como un factor determinante", apuntó el ministro, quien añadió que este cambio es parte de un esfuerzo mayor para proteger a los colectivos más vulnerables en la carretera, como peatones, ciclistas y motoristas.

El Consejo Nacional de Seguridad Vial también ha respaldado la propuesta, recomendando al Ministerio del Interior que impulse esta modificación en el Reglamento General de Circulación. En concreto, se planea la reforma del artículo 20 del reglamento, que marcará el nuevo límite de alcohol en sangre para todos los conductores.

Una tasa alineada con los estándares europeos más estrictos

Si la propuesta prospera, España se sumará a los pocos países europeos que ya han reducido su tasa de alcohol permitida a 0,2 gramos por litro de sangre. Actualmente, solo Suecia, Polonia y Estonia cuentan con este límite. Otros países, como Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía, han adoptado políticas aún más rigurosas, con una tasa de 0,0. Según Marlaska, el objetivo es que España se equipare a estos modelos más avanzados en seguridad vial y, como parte de ese esfuerzo, también se incluirá una reducción de la tasa de alcohol en aire espirado, que pasará de los actuales 0,25 miligramos a 0,10 miligramos por litro.

El ministro del Interior destacó que la reducción de la tasa de alcohol es "un compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez" y que se trata de una medida que ha ganado apoyo entre las distintas fuerzas políticas. "Estamos trabajando seriamente en ello", afirmó Marlaska, insistiendo en que el debate sobre la alcoholemia debe ser abordado de manera integral, incluyendo no solo la bajada de la tasa, sino también la implementación de cursos voluntarios para la recuperación de puntos del carné.

El ministro también mencionó el éxito del carné por puntos en la reducción de la mortalidad en las carreteras. Desde su implantación, las muertes han descendido a 36 fallecidos por millón de habitantes, por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en 47 fallecidos por millón. El reto ahora es equipararse a países como Suecia o Dinamarca, reconocidos por sus bajos índices de mortalidad vial.

Balance trágico del verano: 241 fallecidos

Este anuncio llega tras un verano marcado por la violencia vial, con un saldo de 241 fallecidos en las carreteras españolas. Marlaska explicó que "el alcohol y las drogas fueron determinantes en más de la mitad de estos siniestros", lo que subraya la urgencia de adoptar medidas más drásticas para frenar la siniestralidad.

El ministro también hizo referencia a la campaña publicitaria lanzada este verano por la Dirección General de Tráfico (DGT), cuyo lema, "solo 0 tiene 0 consecuencias", ha sido clave para concienciar sobre los peligros del consumo de alcohol al volante. "Creo que la sociedad española está preparada para dar este paso", enfatizó Marlaska, quien destacó que las voces de las asociaciones de víctimas han sido fundamentales en la toma de esta decisión.

Más controles y vigilancia en carretera

Además de la reforma de la tasa de alcohol, Marlaska anunció un incremento en los controles de alcoholemia y drogas a lo largo de este año. Se prevé que se realicen hasta 6 millones de controles de alcohol y 120.000 de drogas, lo que representa un esfuerzo significativo por parte de la DGT y las autoridades de tráfico para disuadir a los conductores de conducir bajo los efectos de sustancias que alteren su capacidad.

El objetivo, según el ministro, es consolidar un cambio de cultura vial en España, en la que el alcohol y la conducción sean completamente incompatibles. Esta visión está en línea con las políticas de otros países europeos que han logrado reducir considerablemente sus tasas de mortalidad en carretera gracias a legislaciones más restrictivas.

Un proceso legislativo por delante

La reforma del Reglamento General de Circulación tendrá que pasar por un proceso legislativo en el que se requerirá el apoyo parlamentario. Marlaska insistió en que este cambio no es solo una cuestión técnica, sino un debate social que involucra a todos los sectores de la sociedad. "Es un compromiso con la vida y la seguridad", concluyó, llamando a todas las fuerzas políticas a unirse para sacar adelante esta medida de vital importancia.