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El Diario de Cantabria

GENTE

Nacho Cano y José Manuel Soto lideran la oposición artística contra el gobierno de Pedro Sánchez

Miguel Bosé y Albert Boadella critican abiertamente los pactos políticos de Sánchez y el ambiente restrictivo en el sector cultural español, subrayando la importancia de la libertad artística y de expresión en la sociedad actual

El productor musical Nacho Cano ofrece declaraciones a los medios. / Ricardo Rubio
El productor musical Nacho Cano ofrece declaraciones a los medios. / Ricardo Rubio
Nacho Cano y José Manuel Soto lideran la oposición artística contra el gobierno de Pedro Sánchez

Nacho Cano no está solo en su postura. En el panorama artístico español, varios artistas han levantado la voz contra Pedro Sánchez, sus aliados políticos y las políticas de izquierda, a pesar de los riesgos asociados. Cuando Cano declaró recientemente que él no es comunista ni de izquierdas, recibió un apoyo inmediato de otros colegas.

Uno de los más destacados es José Manuel Soto, quien desde su plataforma en redes sociales critica ferozmente al gobierno de Sánchez y cualquier exceso de los políticos socialistas.

Alaska, por su parte, ha ofrecido su apoyo a Nacho Cano de una manera única, proponiendo la creación de camisetas con la foto del arresto del artista, comentando con humor: «Esa camiseta va a ser épica, superando incluso a la de Winona Ryder».

En España, como en otras democracias, se debería permitir que todas las personas expresen libremente sus ideas y opiniones. Sin embargo, cuando un artista, actor o deportista discrepa de la narrativa de la izquierda, suele enfrentarse a críticas, abucheos e incluso insultos, a menudo provenientes de sus propios colegas.

Defender la libertad

Manifestar orgullo por ser español, cuestionar los indultos o la amnistía a separatistas, criticar los pactos de Sánchez con partidos independentistas y con Bildu, así como recordar a las víctimas del terrorismo o defender la libertad y el sentido del humor de la Transición, son motivos suficientes para ser blanco de ataques en redes sociales. Ironías que en aquel entonces eran aceptadas hoy provocarían un escándalo.

La cantante Marta Sánchez, por ejemplo, tuvo que suspender un concierto en Badalona en 2019 debido a un escrache de separatistas que le lanzaron huevos por interpretar una versión del himno de España con letra. También fue abucheada el año pasado al cantar en la final de la Copa del Rey.

Censura y presiones

El cantante Manu Tenorio borró un tuit crítico hacia Pedro Sánchez después de recibir una avalancha de comentarios negativos: «Nunca suelo hablar de política, pero me parece una indecencia que el gobierno tenga que estar a los pies de los caballos de Puigdemont».

La soprano Ainhoa Arteta, quien se define como «vasca de 30 apellidos vascos, pero ante todo española», enfrentó cancelaciones por interpretar «La muerte no es el final» en el desfile de la Fiesta Nacional de 2019, incluyendo la eliminación de su actuación en la televisión pública vasca EITB.

La voz de los veteranos

El músico y compositor David Summers, de Hombres G, expresó su preocupación por la pérdida de libertad, especialmente después de crecer durante la Transición, un periodo en el que había más apertura para discutir cualquier tema. Ha tenido que defenderse de acusaciones de machismo y homofobia por letras de canciones que antes se consideraban simplemente divertidas.

Albert Boadella, actor y director de teatro, critica que su gremio a menudo se someta a la izquierda. En una entrevista con El Mundo, calificó a Sánchez como «amoral químicamente puro».

Miguel Bosé, quien históricamente apoyó al PSOE, ahora critica los pactos de Sánchez y la amnistía, señalando que «había mucha más libertad en la Transición».

Conclusión

Desde criticar el blanqueamiento de Bildu hasta alzar la voz por la libertad en otros países, como en el concierto Música por Venezuela, muchos artistas españoles están dispuestos a enfrentar las críticas y el ostracismo por defender sus convicciones. En un entorno cada vez más polarizado, la libertad artística se convierte en un terreno delicado pero crucial para la expresión individual y la democracia.

Nacho Cano y José Manuel Soto lideran la oposición artística contra el gobierno de Pedro Sánchez
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