La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado a conocer la implementación de una nueva medida destinada a mejorar la seguridad vial en las carreteras españolas. Se trata de la instalación de radares anti frenazos, una tecnología diseñada para combatir el exceso de velocidad y prevenir accidentes derivados de maniobras bruscas al volante.

Según explicó un portavoz de la DGT, "estos nuevos radares son un paso adelante en nuestra estrategia para promover una conducción más segura y responsable. Su objetivo principal es desalentar el frenado repentino y peligroso, que puede poner en riesgo la vida de los conductores y otros usuarios de la vía".

La innovación clave de estos dispositivos radica en su capacidad para detectar patrones de frenado inusuales y calcular la velocidad promedio del vehículo en un tramo determinado. Al instalarse a una distancia considerable de los radares convencionales, los radares anti frenazos proporcionan una visión más completa del comportamiento del conductor y su velocidad real.

"Cada acción al volante tiene consecuencias, y frenar de manera brusca sin justificación puede aumentar significativamente el riesgo de accidentes", advirtió el portavoz de la DGT. En este sentido, la regulación vigente estipula que las maniobras de frenado deben estar debidamente justificadas y no representar un peligro para otros conductores.

Las sanciones por frenar sin motivo pueden ser severas, con multas que pueden alcanzar los seiscientos euros y la retirada de hasta seis puntos del carné de conducir. En casos donde no exista justificación para el frenado, las multas se reducen a 200 euros y se retiran cuatro puntos del carné.

La implementación de estos nuevos radares responde a la preocupación de la DGT por reducir la velocidad excesiva en las carreteras y prevenir accidentes graves. Según estimaciones del organismo, se instalarán al menos dieciséis de estos dispositivos en lugares estratégicos donde se ha detectado un alto índice de frenazos repentinos.