Dos jóvenes alpinistas vascos, de 26 y 27 años, fallecieron este miércoles tras caer mientras intentaban ascender a la cima del Mont Blanc de Tacul, ubicado a 4.248 metros de altitud en los Alpes franceses. La noticia ha sacudido a la comunidad montañera, y la tragedia ha puesto de relieve los peligros inherentes a la escalada de alta montaña, incluso en rutas consideradas seguras.

Un deslizamiento mortal en el corredor Gervasutti

Los dos montañeros, que formaban parte de una misma cordada, se encontraban ascendiendo por el corredor Gervasutti, una ruta clásica de escalada en el Mont Blanc, cuando sufrieron un deslizamiento a primera hora de la tarde. Según la emisora France Bleu, los alpinistas seguían la ruta normal que conduce a la cima del Mont Blanc de Tacul, cuando la cuerda que los aseguraba se deslizó, provocando una caída desde una altura superior a los cien metros.

Un tercer compañero que los acompañaba resultó herido en el accidente, pero logró sobrevivir a la caída. Inmediatamente, se desplegó un operativo de rescate, y los cuerpos de los dos alpinistas fallecidos fueron recuperados por el Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña y trasladados a Chamonix, la capital de los Alpes Franceses.

La gendarmería ha confirmado que el accidente se produjo en un espolón rocoso cerca de la cumbre, y no en la zona donde a principios de agosto se produjo una avalancha que dejó un saldo de un fallecido, dos desaparecidos y cuatro heridos.

Condiciones excepcionales, pero riesgos siempre presentes

La cumbre del Mont Blanc de Tacul, con sus 4.248 metros de altitud, es una de las ascensiones más codiciadas por alpinistas de todo el mundo. La vía Gervasutti, aunque expuesta a caídas de seracs, grandes bloques de hielo que se fracturan, es conocida por ser una ruta relativamente segura, sin grandes dificultades técnicas. Sin embargo, el alpinismo es una actividad que no está exenta de riesgos, y cualquier error o imprevisto puede tener consecuencias fatales.

El alpinista vasco Juanito Oiarzabal, uno de los más reconocidos en el mundo por haber escalado los 14 'ochomiles' sin oxígeno suplementario, comentó sobre la tragedia en Cadena SER Euskadi. Oiarzabal destacó que el corredor Gervasutti es una ruta que ha recorrido en numerosas ocasiones y que no presenta grandes complicaciones. "Es una vía clásica, totalmente fiable. No es avalanchosa. Este año, además, las condiciones en los Alpes son excepcionales", explicó. Sin embargo, advirtió que, en la montaña, siempre existen riesgos: "Puede ocurrir que te caiga un bloque, una piedra, que tengas un resbalón... mil cosas".

Una comunidad en duelo

La noticia de la muerte de estos dos jóvenes alpinistas ha dejado una profunda huella en la comunidad montañera vasca, que siempre ha tenido una fuerte tradición en el mundo del alpinismo. Amigos, familiares y compañeros de escalada se han volcado en muestras de apoyo y condolencias.

Las redes sociales se han llenado de mensajes de dolor y respeto por los dos alpinistas fallecidos, quienes eran conocidos por su pasión y dedicación a la montaña. Su muerte es un recordatorio de los peligros que enfrentan aquellos que desafían las alturas en busca de aventura y superación personal.

Montaña imponente, pero peligrosa

El Mont Blanc, con su majestuosa presencia, ha sido testigo de innumerables hazañas y también de tragedias. Cada año, miles de alpinistas intentan conquistar sus cumbres, atraídos por el reto y la belleza del entorno alpino. Sin embargo, el clima impredecible, las condiciones cambiantes del terreno y la constante amenaza de deslizamientos de roca y hielo convierten cada ascenso en una empresa arriesgada.

El último adiós

Mientras se ultiman los detalles para el traslado de los cuerpos de los alpinistas a sus lugares de origen, sus familias y amigos se preparan para darles el último adiós. Será un momento de dolor profundo, pero también de recuerdo por la valentía y el espíritu aventurero que los llevó a perseguir sus sueños en la alta montaña.

Este trágico accidente es un sombrío recordatorio de que, aunque la montaña ofrece paisajes espectaculares y una experiencia única de conexión con la naturaleza, también exige un respeto profundo por los riesgos que entraña. Los alpinistas vascos que fallecieron este miércoles en el Mont Blanc de Tacul serán recordados no solo por su amor por la montaña, sino también por su legado en la comunidad montañera, que hoy llora su pérdida.