Barcelona, 14 feb (EFE).- Un gol de Luuk de Jong en el último suspiro salvó los muebles al Barça en el derbi barcelonés ante el Espanyol (2-2) de este domingo, en el que el conjunto de Xavi Hernández ofreció una imagen significativamente peor que la mostrada en el triunfo (4-2) ante el Atlético de Madrid, sin lograr aún la regularidad que lleva buscando desde el inicio de temporada.

El jarro de agua fría tras una gran actuación azulgrana es algo que sucede por tercera vez desde la llegada al banquillo de Xavi. Tras el triunfo en Liga en Villarreal (1-3) el Barça tropezó ante el Betis en el Camp Nou (0-1) y después de competirle de tú a tú al Real Madrid en la Supercopa de España (2-3) los azulgranas fueron eliminados de la Copa del Rey por el Athletic Club (3-2).

Esta falta de regularidad ha provocado que a mediados de febrero el Barça aún no haya logrado encadenar tres triunfos seguidos en la Liga. De hecho, tan solo dos veces ha conseguido sumar dos victorias consecutivas. En noviembre ante el Espanyol (1-0) y el Villarreal (1-3) y en las anteriores jornadas al derbi barcelonés de este domingo, cuando derrotó al Alavés (0-1) y al Atlético de Madrid (4-2).

Y eso que en el RCDE Stadium la situación se puso rápidamente de cara para el Barça, con el tanto de Pedro González 'Pedri' en el minuto 2. Pero el conjunto de Xavi, aunque tuvo una clara opción para hacer el 0-2 mediante Adama Traoré, fue de más a menos y Sergi Darder le empató el partido antes del descanso.

A partir de entonces, el encuentro fue otro, sobre todo después de que el VAR le anulara a Pablo Páez Gavira 'Gavi' el 1-2 en el inicio del segundo tiempo. Poco más tarde, Éric García, que regresaba a un terreno de juego después de un mes de inactividad por una lesión, no midió bien los tiempos en un balón largo y Raúl de Tomás puso el 2-1.

Xavi revolucionó el equipo para evitar la derrota y consumó su perdón a Ousmane Dembélé dándole entrada a 20 minutos para el final. Pero el jugador francés, más allá de alguna incursión por la banda izquierda, fue intrascendente en su regreso tras no ir convocado ante el Athletic Club y el Alavés y no jugar ante el Atlético de Madrid por su negativa a renovar o buscar una salida.

Los jugadores decisivos fueron Adama Traoré, que confirmó su rápida adaptación al Barça en su segunda etapa, y un Luuk de Jong en estado de gracia que ha marcado en cuatro de los últimos cinco partidos en los que ha participado. Ellos fueron los protagonistas del 2-2. El de l'Hospitalet de Llobregat centró desde la derecha y el neerlandés cantó gol tras un remate de cabeza.

El Barça notó la ausencia de Dani Alves, que no jugará Liga Europa al no estar inscrito ni ante el Valencia en Liga por sanción, quien en ataque se convierte en el cuarto jugador azulgrana en el centro del campo, creando superioridad, una de las claves del vistoso triunfo ante el Atlético de Madrid.

Sergiño Dest, su sustituto, fue mucho más estéril que el brasileño en la construcción del juego y se mostró poco contundente en defensa. De todas maneras, salvo sorpresa el estadounidense volverá a ser titular ante el Nápoles, otra prueba de fuego para el equipo de Xavi, que sigue buscando la regularidad perdida. EFE

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