Barcelona, 14 feb (EFE).- El Espanyol firmó este domingo un empate a dos contra el Barcelona en el RCDE Stadium que, pese a dejar al vestuario con un mal sabor de boca por el tanto del azulgrana Luuk de Jong en el minuto 96, evidencia que el cuadro periquito, inmerso en una mala racha de resultados, tiene mimbres para ir a más.

El conjunto blanquiazul acabó con mal sabor de boca el derbi, como los propios jugadores y su entrenador, Vicente Moreno, reconocieron después del partido. Además, el punto sumado apenas maquilla su rendimiento en este año 2022: no gana desde el 31 de diciembre, contra el Valencia (1-2).

Desde entonces, su balance de puntos puntos es preocupante: los blanquiazules han sumado dos puntos de los últimos quince posibles en LaLiga. Sin embargo, la entrega en el derbi abre a los seguidores, que esperaban el duelo con ganas, una ligera ventana para la esperanza.

"El equipo estuvo muy bien. Encajamos pronto, pero tuvimos una respuesta increíble. Siempre se nos exige que respetemos el escudo y lo hicimos. Nos queda un tramo duro, pero dejándonos la piel así será más fácil", dijo el central uruguayo Leandro Cabrera.

En cualquier caso, el Espanyol asume que las sensaciones no puntúan y no le acercarán a la zona noble de la clasificación. Actualmente, el equipo está a la misma distancia, ocho puntos, del descenso que de Europa. Los jugadores también reconocieron errores en el derbi, especialmente en tareas defensivas.

Los pupilos de Moreno concedieron un gol, obra de Pedri, en apenas dos minutos, además de numerosos centros desde la banda que, finalmente, se tradujeron en el empate a dos. La última vez que el equipo dejó la portería a cero fue el pasado 28 de noviembre, contra la Real Sociedad (1-0).

Desde ese partido, en la jornada quince, los catalanes han encajado veinte dianas en nueve encuentros. Especialmente abultados fueron los marcadores contra Levante, pese a acabar en victoria (4-3), y Betis (1-4). La fortaleza en casa de la primera vuelta, además, parece haber perdido brillo desde el cambio de año.

Por otra parte, el derbi también puso el foco en aspectos de los que el Espanyol puede sacar pecho. El más evidente, el rendimiento de Raúl de Tomás, que marcó el 2-1 y sigue en dinámica ascendente: ya suma 13 goles y se convierte en uno de los artilleros más determinantes del campeonato.

Sea como sea, el equipo de Vicente Moreno debe esforzarse para cerrar un mes de febrero que, más allá de las sensaciones del derbi, está siendo fatal en cuanto a resultados. Al conjunto periquito le esperan, sobre el papel, dos jornadas duras: el Sevilla en el RCDE Stadium y el desplazamiento a Villarreal. EFE

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