Lima, 6 ene (EFE).- Una comunidad indígena de la Amazonía peruana que bloqueaba el transporte fluvial de petróleo hacia la Estación 1 del oleoducto peruano levantó este jueves la protesta tras llegar a varios acuerdos con el Gobierno, según informó la Presidencia del Consejo de Ministros en un comunicado.

Los nativos de la comunidad de Saramurillo, de la etnia kukama kukamiria, aceptaron permitir el desembarque de las barcazas cargadas con crudo procedente del yacimiento Lote 95, operado por la compañía de capitales canadienses PetroTal, y se comprometió a mantener relaciones cordiales con empresas e instituciones.

A cambio, el Gobierno peruano se comprometió a atender diferentes demandas de la comunidad indígena relativas a suministro eléctrico, educación, salud e instalaciones comunitarias.

El acuerdo se alcanzó tras dos días de negociaciones entre representantes de la comunidad nativa y del Gobierno en la sede Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP), ubicada en la ciudad de Iquitos, capital de la región Loreto (noreste), la más extensa de Perú.

"El diálogo es el camino: representantes de la comunidad nativa de Saramurillo, autoridades locales y del Ejecutivo, arribamos a acuerdos que permitirán avanzar en la atención de las demandas de la población local", celebró en redes sociales la primera ministra, Mirtha Vásquez.

Entre los compromisos adoptados por el Ejecutivo está la adjudicación este jueves de la licitación del proyecto de "mejoramiento e integración del sistema eléctrico de la comunidades de San José de Saramuro y Saramurillo", con el objetivo de que la obra esté finalizada a lo largo de este año.

Asimismo, PetroTal y la empresa estatal Petroperú, operadora del oleoducto, se comprometieron a financiar al construcción de un local comunal para la comunidad, cuya obra contará con los informes técnicos del gobierno regional de Loreto.

También se concretó acelerar la tramitación de distintos proyectos de educación y salud, y la Presidencia del Consejo de Ministros coordinará con diversos ministerios como los de Agricultura, Ambiente, Energía y Justicia para que definan acciones de atención en la comunidad sobre varios problemas expuestos por el jefe nativo.

Con el fin de las protestas sobre la Estación 1 del oleoducto, el Ejecutivo ha logrado apaciguar diferentes conflictos sociales surgidos en los últimos meses en torno a esta infraestructura petrolera y la gran mina de cobre de Las Bambas.

A finales de diciembre, el Gobierno también logró con diálogo que otro grupo de comunidades indígenas desalojasen las instalaciones de la Estación 5 del oleoducto, también en Loreto, tras una toma de casi tres meses en la que se vivieron momentos tensos como la quema de un automóvil de Petroperú.

El fin de esa protesta contra la contaminación petrolera en la zona permitió a Petroperú retomar la operación del Oleoducto Nor Peruano, encargado de transportar el crudo extraído de los yacimientos de la Amazonía a lo largo de 1.106 kilómetros de tuberías que atraviesan la selva y los Andes hasta llegar al océano Pacífico.

Otro conflicto social solventado con delicadeza por el Ejecutivo fue el de los bloqueos contra la mina de cobre Las Bambas, responsable del 2 % de la producción mundial de este metal, lo que permitió a la compañía retomar su producción esta semana tras haber paralizado sus operaciones el 18 de diciembre. EFE

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