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Elisa Montés: Adiós a la musa del cine español y el legado de una familia marcada por el arte y la tragediA

Elisa Montés, una de las figuras más icónicas del cine y teatro español, falleció hoy a los 89 años, dejando atrás una vasta y rica carrera en el mundo de la interpretación, que abarcó más de seis décadas
La actriz Elisa Montés. / Archivo / EP
La actriz Elisa Montés. / Archivo / EP
Elisa Montés: Adiós a la musa del cine español y el legado de una familia marcada por el arte y la tragediA

Montés pertenecía a una de las familias más relevantes del panorama artístico español, y su vida fue testigo de múltiples hitos en la historia de la cultura y la política del país. A lo largo de su trayectoria, trabajó en cine, teatro y televisión, y fue un rostro habitual en los hogares españoles durante las décadas de los 60 y 70.

Una familia de artistas

Elisa Montés nació en el seno de una familia profundamente vinculada al arte y la cultura. Sus hermanas fueron las también actrices Emma Penella y Terele Pávez, nombres que resonaron fuertemente en el teatro y el cine español. Además, Montés estuvo casada durante un tiempo con el famoso actor cómico Antonio Ozores, con quien tuvo una hija, Emma Ozores, otra conocida actriz que seguiría los pasos de sus padres en el mundo del entretenimiento.

El legado artístico de la familia no terminaba ahí. Elisa Montés era sobrina del famoso compositor Manuel Penella, quien dejó su huella en la zarzuela española con obras como El gato montés, título que Montés adoptaría como parte de su nombre artístico, alejándose de su apellido paterno. Este detalle es significativo, ya que la vida de Elisa y sus hermanas estuvo marcada por un episodio oscuro en su historia familiar.

Un pasado marcado por la tragedia

Aunque Elisa Montés brilló en la gran pantalla, su familia vivió un episodio profundamente trágico que las marcó para siempre. Su padre, Ramón Ruiz Alonso, fue un político ultraderechista que desempeñó un papel directo en la detención del poeta granadino Federico García Lorca en agosto de 1936, durante los primeros meses de la Guerra Civil Española. Lorca, una de las figuras más queridas de la literatura española, fue arrestado bajo acusaciones de simpatizar con la causa republicana. Ruiz Alonso lo llevó ante el Gobierno Civil, y poco después, Lorca fue fusilado, convirtiéndose en un mártir de la cultura española y una de las figuras más reconocidas a nivel internacional.

Este suceso marcó a las hijas de Ruiz Alonso, quienes durante toda su vida profesional evitaron utilizar su apellido paterno en sus nombres artísticos, posiblemente como una forma de distanciarse de aquel episodio. Las tres hermanas —Elisa, Emma y Terele— se refugiaron en el arte y lograron forjarse carreras propias, al margen de la oscura historia familiar. Elisa Montés, en particular, supo cómo destacar por sus propios méritos, construyendo una sólida carrera basada en su talento, versatilidad y profesionalismo.

Carrera en el cine y la televisión

Elisa Montés debutó en el cine en los años 50, y rápidamente se hizo un nombre como una de las actrices más bellas y talentosas de su generación. Películas como El puente de la paz (1958) o El halcón y la presa (1966), esta última en el contexto del género spaghetti western, contribuyeron a cimentar su fama. En estos primeros años, Montés destacó por su naturalidad frente a la cámara y su capacidad para interpretar tanto a personajes inocentes como a mujeres de fuerte carácter.

Uno de los aspectos más singulares de su carrera fue su participación en el género de los spaghetti westerns, un estilo cinematográfico que cobró gran popularidad en los años 60, especialmente en el sur de España. Montés actuó en varias de estas películas rodadas en Almería, que luego se proyectaban en todo el mundo, ayudando a internacionalizar su imagen.

Durante los años 60 y 70, Montés también fue un rostro habitual en la televisión española. Participó en programas tan icónicos como Estudio 1, donde se emitían adaptaciones de obras teatrales para el público televisivo. Este formato permitió a Montés mostrar su talento para el teatro, ganándose la admiración del público por su versatilidad. Además, trabajó como presentadora de televisión, lo que consolidó aún más su presencia en la pequeña pantalla.

Sin embargo, muchos la recordarán por su papel en la popular serie Verano Azul (1981), donde interpretaba a la madre de Bea, uno de los personajes juveniles de la trama. Su actuación en uno de los capítulos más recordados de la serie, donde su hija en la ficción experimentaba su primera menstruación, la convirtió en una figura maternal para toda una generación de espectadores españoles.

Un legado complejo: vida y arte

El matrimonio de Elisa Montés con Antonio Ozores, otro pilar del cine español, fue también una parte importante de su vida. La pareja se casó en 1960 en Madrid y tuvieron una hija, Emma Ozores, quien continuaría la tradición familiar en el mundo de la actuación. Aunque Montés y Ozores se separaron en 1969, su legado artístico permaneció vivo a través de su hija.

A lo largo de su carrera, Montés nunca dejó de trabajar, aunque en los últimos años su presencia en pantalla fue más esporádica. En una de sus últimas apariciones públicas, acudió al plató del programa Gran Hermano para apoyar a su hija Emma, que participaba en la edición del reality show. Aunque ya era mayor, su carisma y elegancia seguían siendo palpables.

La muerte de Elisa Montés cierra definitivamente el ciclo de una familia que aportó enormes talentos al cine, teatro y televisión en España. Las tres hermanas —Elisa, Emma y Terele— brillaron a su manera, dejando una huella imborrable en la ficción española. Elisa Montés, con su elegancia y su capacidad para adaptarse a distintos géneros y medios, fue uno de los pilares de esa tradición.

Montés fue testigo y protagonista de una era dorada del cine y la televisión en España, pero también de una época compleja en la historia del país. Su vida, marcada por el talento artístico y la tragedia familiar, es un reflejo de cómo el arte puede ser un refugio y una forma de redención personal. Con su fallecimiento, España pierde no solo a una gran actriz, sino también a uno de los últimos vestigios de una familia que fue testigo de algunos de los episodios más oscuros y luminosos de la cultura española.

Elisa Montés: Adiós a la musa del cine español y el legado de una familia marcada por el arte y la tragediA
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